martes, 29 de diciembre de 2009

ACNÉ

(Puntaje: 5)

La temprana adolescencia masculina en manos del director uruguayo Federico Veiroj tratada a través de uno de los tópicos que desde los albores de la pubertad (y antes) nos aturde a nosotros, los hombres: la "primera vez". Para el treceañero Rafa Bregman (Alejandro Tocar) esta parte es más bien un trámite, facilitado por su hermano mayor. Pero la inexperiencia y la carencia de lo que hace al sexo mucho mejor (no, dinero no, tontuelos, ¡amor!), representado por la jerarquía superior del "primer beso". El sexo lo consigue Rafa fácil: su padre es un comerciante judío, apostador y poco preocupado por el destino de los pedidos de su hijo. Así, se aventura en un prostíbulo de su preferencia junto a sus amigos Rony (Yoel Bercovici) y Andy (Igal Label), del mismo modo que fuman cigarrillos a escondidas. Aún con esto, su compañerita de banco Nicole (Belén Pouchan), es su más grande anhelo.

El retrato propuesto por el director tiene al realismo y al apartado técnico de la fotografía como sus mejores aliados, aunque, por otra parte, posee dos aspectos ciertamente negativos, uno externo al filme, y otro demasiado interno como para que pueda obviárselo. En cuanto a lo primero, me refiero al hecho de que la película fue calificada como "apta para mayores de 16 años". No pienso atacar esta decisión -aun cuando la obra muestra poco más que un seno-, aunque definitivamente encierra al filme dentro de los límites de un público que mira su objeto de estudio, los adolescentes. Si un joven de trece pudiera ver Acné se sentiría, probablemente, identificado con ese personaje. Podría incorporar las vivencias de Rafa y discutirlas, apreciarlas o rechazarlas. Esta posibilidad es vedada por esta calificación para "grandes": hay muchas maneras de cercenar una obra, y dudo que el director se haya manifestado en contra (invito a Veiroj a que conteste esto).

Ahora podemos pasar a lo segundo, a la falla interna. Un filme con buen guión puede sostenerse, pero un filme con pocos "turning points" y un guión flaco, carece, pasada la mitad de la obra, de un interés real. No deberíamos guiarnos siempre por la predictibilidad de los hechos de una película, pero sin duda el "factor sorpresa" no tiene en Acné ningún peso, no obstante pretende iniciar ciertas situaciones misteriosas.


Un relato de experiencias, limitado a la adolescencia masculina y definitivamente no universalizable, es lo que nos da la película de Veiroj. Los trazos de la historia son delicados, pero no siempre está uno dispuesto a escuchar cualquier historia.



Hernán A. Manzi Leites

jueves, 10 de diciembre de 2009

SARAJEVO, MI AMOR

(Puntaje: 8)


Uno de los territorios más abatidos por la guerra fue la región de la ex-Yugoslavia, ahora dividida en muchos países, algunos de los cuales hoy ya son independientes. Esta película, ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín, cuenta la historia de una madre soltera (Esma, Mirjana Karanovic) y su hija Sara (Luna Mijovic) en la ciudad de Sarajevo, sitio aún fuertemente determinado por su pasado bélico. Recordemos que las guerras yogoeslavas se dieron en los años 90 ("ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam...", cantaba Ismael Serrano), esto es, en un pasado reciente cuyas heridas están calientes y también la influencia de esta terrible experiencia sobre la organización político-social de Bosnia. Por ejemplo, los hijos y esposas de veteranos de guerra obtienen una suma de beneficios en la sociedad, uno de los cuales, un descuento para un viaje de estudios, despierta en Sara el deseo de saber más acerca de la muerte de su padre, supuesto veterano de guerra, sobre quien su madre jamás había aportado información alguna, así como tampoco lo habían hecho los organismos oficiales al no poder encontrar su cuerpo.
Sara, comienza a tener conflictos con sus compañeros de colegio, pero no obstante entabla una amistad con Samir (Kenan Catic), con quien comparte su pasión por el fútbol, la vagancia y charlas sobre sus padres, puesto que el padre de Samir también era otro veterano. Los roces con su madre se tornan cada vez más violentos a medida que Esma se vuelve más críptica en las explicaciones en torno a la vida del progenitor de Sara, y Esma, que esconde un duro secreto, puede recurrir sólo a la contención de su amiga Sabina (Jasna Ornela Berry). En aprietos económicos, Esma busca además un trabajo nocturno como mesera en un bar, donde conoce a Pelda (Leon Lucev), un hombre en el cual ella llegará a confiar.


Otra vez, tenemos el buen trabajo de una directora mujer (mejor no lo repito más, a ver si me acusan de machista), Jasmina Zbanic, quien no sólo trata el tema de la posguerra, de una posguerra contemporánea y una guerra muy reciente. La esperanza de un país abatido yace en los niños, los jóvenes, y sobre esto quiere centrarse Zbanic. No hace falta haber vivido durante la guerra, sus efectos son prolongados y, como evidencian algunas escenas, algunos no llegan a acostumbrarse a la paz.


Las virtudes de Jasmina Zbanic -quien además fue guionista de esta película- está en no hacer ningún tipo de abuso de sentimentalismos (como usaba Polanski en El pianista) y cargar las tintas más en los personajes que en una narración de tremebundos sucesos. Claro que, en última instancia, se trata de un drama madre-hija, pero el realismo del relato y la asministración prudente de la tensión en las escenas, muchas de ellas ideadas con fines estético-narrativos y no puramente argumentales.
Grbavica es el título original de esta obra. Se trata de uno de los barrios más golpeados durante la guerra, donde los bosnios fueron torturados. ¡Si recorriéramos nuestra propia ciudad también reconoceríamos estos sitios nefastos! Siendo el nombre de un barrio, la directora quiere destacar el aspecto cotidiano que esto implica: no es lo mismo que un campo de concentración. Junto a una inteligente labor fotográfica (que por suerte, podemos apreciar debido a la buena calidad con la que llegó la copia en dvd), Zbanic nos enseña esa ciudad hoy, con buen ritmo y actuaciones sólidas. No esperen, sin embargo, que la directora escape a los recursos del cine narrativo tradicional, sin por eso caer en la lágrima inútil.






Hernán A. Manzi Leites

lunes, 7 de diciembre de 2009

PUENTES

(Puntaje: 6)

Traviesos niños, jugando inocentemente... ya no es un concepto admisible en películas que pretenden ser un reflejo de la niñez en la sociedad actual. Por cierto, no ha sido tanto la inocencia de los pequeños como la ingenuidad -o complicidad- de los realizadores la que en alguna época ha dado lugar a interpretaciones de este género; que se nos protega de aquellos que quieren imponer esa visión hoy en día. A la vez, tampoco debemos esperar que el cine nos muestre una cara negra de la niñez: nunca es creíble una perspectiva unilateral, y cuando la unilateralidad quiere ser evitada por la oposición tajante de un niño bueno, sólo logra hacer resaltar la unilateralidad de la el film cae presa. Por supuesto, esta apreciación cuenta para todos los temas. En suma, el realismo sólo puede obtenerse en su cuota adecuada administrando con mesura la técnica hiperbólica propia del arte y la filosofía, esto es, la que permite que el objeto sea visto por el espectador y no pase desapercibido en la mezcla de la que "en estado natural" forma parte.
Creo que, en este último sentido, la película de Julián Giulianelli es relativamente exitosa. La trama es simple y el tema, denso, pero afortunadamente no carga las tintas en exceso. La historia que el director, también guionista, cuenta en Puentes es la de un grupo de estudiantes de primaria, Tomás, Pedro, Matías y Analía, hermana de Tomás. La vida de los tres amigos varones en el conurbano bonaerense no tiene aspectos exóticos en relación con lo que puede verse en muchos casos. Juegan a los jueguitos, se ratean, falsifican firmas... bueno, la disciplina es un problema. Mejor no relatar cómo continúa el relato luego de que Pedro le muestra a Tomás y Matías una pistola de su padre. Demasiado pronto, estos chicos deberán cambiar su modo de acercarse al mundo.
Sin duda, el punto más fuerte de Giulianelli no es la energía del guión que, por regla y placer personal, debería mantenerse o bien constante o bien en un circuito interesante. Cierta predictibilidad de la acción, aunque menguada por la cuidada dirección, dirige la tensión difusamente, de un modo contraproducente, más hacia la segunda parte de la obra. Este sea quizá el conflicto mayor, puesto que en un primer largo no esperamos que los problemas "hegelianos" más arriba planteados logren eludirse con destreza. Giulianelli triunfa en este aspecto por su decisión, que él mismo confiesa, de no hacer una mera ficcionalización de algo que podría ser un documental. Teniendo en cuenta que un documental puede ser tan ficcional como una ficción realista, éste es un modo acertado, a mi entender, de encarar la creación de una película.

Quizá Giulianelli más que los niños, peque de cierta inocencia. Su obra da explicaciones causales a la actitud de cada uno de los protagonista y le otorga una valoración moral que hace que "se muerda la cola" respecto del naturalismo social y el tópico que quiere tratar: el desencuentro interno y social de los chicos. Para esto utiliza el director también un vieja temática, no demasiado explotada en el cine de los últimos tiempos, que nos recuerda a la novela infantil de Erich Kästner, Emilio y los detectives: la gran ciudad es una pequeña jungla. No lo era tanto para los leones salvajes de Pizza, birra, faso, pero aquí sí lo es para estos niños, porque, en última instancia, escapar no es otra cosa que reencontrarse con uno mismo.
Por mi parte, reconozco que fui algo críptico. Piénsenlo como suspenso. Por eso, finalizo dejando hablar al director. Julián, no te preocupes, no te traicionaste, tu intención, se ve con claridad:
"Quería generar esa sensación realista de que están pasando constantemente cosas, pero uno no sabe si son buenas o malas, ni si al final están yendo a un lugar en concreto. Es muy difícil extraer conclusiones en la vida [NB: yo creo que Giulianelli sí lo hace] porque son muy pocas cosas las que tienen un final concreto, y esa era un poco la intención de la película, generar en el espectador la idea de que hay un antes o un después de esta historia, y de que, como en la vida, es muy difícil extraer conclusiones de lo que sucede [claro, quizá para los protagonistas, pero no creo que para el espectador], a no ser que uno comience a reducir la complejidad de todo lo que analiza".

Me he cuidado de no reducir la complejidad. Giulianelli lo logra en la pregunta, pero dudosamente lo logra en la respuesta.

Hernán A. Manzi Leites

jueves, 3 de diciembre de 2009

APARECIDOS

(Puntaje: 6)



Los realizadores de cine comprendieron que, en esta época donde el terror pasó a ser cosa de tontos (o de freaks), no podían limitarse a hacer saltar la sangre a chorros, sino que debían decir "algo más". Muchas veces, han dicho cosas inútiles, redundantes o retrógradas. Otras, como en este filme del español Paco Cabezas, son ocasión para hablar de otro modo de aquello de lo que suele hablarse en otros géneros, con un halo de seriedad que no sé quién pudo haberle otorgado en primacía a este género que, en lo personal, me resulta muy atractivo. Ya lo sé, seguramente seré un freak (porque afirmar mi zoncera sería adimitir que soy un tonto), como confiesa ser el director mismo -lo cual puede resultar problemático.
Aparecidos es una road movie protagonizada por dos hermanos que llegan de España a Buenos Aires con motivo del estado de coma de su padre, sin posibilidad de rehabilitarse y, por ende, pasible de la ser desconectado del respirador. Malena (Ruth Díaz) no tiene ningún tipo de remordimientos para con su padre, de quien su madre no habló nunca bien, pero Pablo (Javier Pereira) siente que recién lo está conociendo y se enternece hasta el punto de insistirle a Malena de realizar el camino desde Buenos Aires a Tierra del Fuego, donde su padre vivía y cuyo trayecto realizó moribundo de su cáncer en su auto, el mismo que utilizarán sus hijos. Pero el placer del viaje por la carretera (con esos hermosos paisajes patagónicos que el Super 35 panorámico sabe aprovechar) se ve interrumpido por el encuentro de un diario, escondido en el auto, que relata los hechos tal y como van a suceder... o como ya sucedieron.
Se trata de una película de apariciones o fantasmas, muy bien estructurada en cuanto a lo técnico, pero poco original a la hora del desarrollo y secuencia argumental. Lo más destacable, es por supuesto, la temática social de la que trata. Diremos algunas palabras acerca de ella a continuación, pero comento a los fanáticos del terror, que no vayan con grandes expectativas en relación con el género.


[PLOT SPOILER. Si usted no vio la película, no siga leyendo hasta que otra señal se lo indique. Se revelarán detalles resolutivos de la trama. Sin embargo, nada que usted no pueda averiguar con un poco de perspicacia.]
Cuando uno se entera quiénes son esos fantasmas (por cierto, bastante pronto si uno presta atención) el título se explica por sí solo: los aparecidos fueron desaparecidos por la dictadura militar argentina que comenzó en 1976. En esta época, se llevaron a cabo las más horribles torturas a jóvenes, adultos, ancianos y niños (se han arrojado jóvenes de 14 años al río en los "vuelos de la muerte"). Para llevar a cabo dichas operaciones, se necesitó ayuda técnica, y esta fue la de los médicos. Curiosamente, este filme se estrena el 3 de diciembre, día del médico. Aún estos médicos siguen trabajando. No era un Mengele, sino muchos. Su labor era la de calcular hasta qué punto un hombre podía aguantar la tortura sin morir (¿cuántos voltios puede recibir por la picana? ¿Cuánto aguanta desangrándose bajo el agua?). Se imaginan, que habiendo desaparecido a treinta mil, podían darse el lujo de perder algunas vidas. De todos modos, no les interesaba a los torturadores extraer verdad alguna, sólo querían un nombre o varios y luego la mayoría de los torturados eran asesinados, si no morían por las heridas de la tortura. Ya se sabe, la ciencia no es en sí misma un beneficio para la humanidad, sino que también puede usarse para matar, o para realizar operaciones ilegales como el robo de bebés, en este específico caso de la medicina.
De esta película de Paco Cabezas puedo rescatar una visión que parece estar surgiendo dentro de los films de terror, a saber, la reflexión que aparece en Masacre esta noche, ganadora del Buenos Aires Rojo Sangre, acerca de la diferencia entre realidad y ficción, muy pocas veces tematizada en el cine (por ejemplo, Lynch lo hace en Inland Empire). Las torturas son un excelente objeto para despertar el morbo del terror, pero una vez que se vuelven reales, ya no son más cine, son una de las acciones más despreciables que puede cometer un humano.

[HASTA AQUÍ EL PLOT SPOILER. Puede retomar la lectura.]




En suma, tenemos un film de fantasmas, previsible, pero con un interesante mensaje al público: el terror no es algo tan alejado de nuestras vidas, sólo que podemos disfrutarlo cuando estamos en la butaca. Celebro que películas que hasta hace poco se consideraban "triviales" traten tópicos altamente importantes sin por eso banalizarlos, cosa que en ningún momento Aparecidos hace. Ahora que existe cierto auge (precisamente por su decadencia anterior) del terror tratando temas "serios", debemos insistir en que los cineastas realicen otros géneros en esta línea. El más necesitado, y no es que nunca se haya hecho, es la comedia. Paco Cabezas intenta hacer lo suyo con mediano éxito y a veces no deja al espectador nada para leer "entre líneas". La escena final es por cierto, lamentable e innecesaria.


Hernán A. Manzi Leites




martes, 1 de diciembre de 2009

MAR NEGRO

(Puntaje: 5)


Mar Negro es una típica historia europea: dos mundos que se encuentran, Gemma, una vieja italiana cascarrabias (Ilaria Occhini) y su ayudante, Angela (Dorotea Petre), una joven rumana que apenas habla el idioma local. En un principio, su relación es áspera, pero luego se hace más cercana y ambas mujeres comienzan una relación casi simbiótica de necesidad mutua. Cuando el marido de Angela, Adrian (Vlad Ivanov), no conteste sus llamados, su mujer querrá desesperadamente volver a Rumania para descubrir su paradero. Gemma, sintiéndose incapaz de quedarse sola y atraída -en parte por exotismo, en parte por deseo de vivir lo que no pudo hacer en años más juveniles- por la ruralidad y la simpleza (o la pobreza, si se quiere) rumana, parte en travesía por el Danubio junto a Angela.

El film, dirigido por Federigo Bondi y escrito por él y Ugo Chiti (quien también escribió el guión de Gomorra), comienza mediocremente con una historia remanida, aunque la película se torna más interesante cuando se muestran ciertos aspectos de la comunidad de inmigrantes rumanos y, claro, Rumania en carne propia. La fotografía de Gigi Martinucci opera también positivamente, enseñando al espectador paisajes muy similares al litoral argentino. Esa parte de Europa, Rumania, que no muchas veces la hemos visto (aquí en esta página se han reseñado tres filmes sobre este país: PA-RA-DA, 4 MESES, 3 SEMANAS Y 2 DÍAS e INLAND EMPIRE), es sin duda otro costado que recién últimamente los directores están explotando, porque, más allá de la dictadura de Ceacescu, surge el interés de relatar cuál es la relación de este país con la Comunidad Europea, que parece llevarse todo por delante... aunque sigan hablando de Ceacescu.

No obstante sus virtudes, Mar Negro no logra salirse de esa historia pequeña, ya gastada, de la vieja y la joven extranjera. Claro que el filme es más sutil que otros, pero a gran parte del público no le resultará demasiado sorprendente ni su desarrollo, ni sus conclusiones.

Hernán A. Manzi Leites

jueves, 5 de noviembre de 2009

MASACRE ESTA NOCHE -- (GANADORA MEJOR PELÍCULA BARS 2009)

[Excelente*****]



Antes de saber el resultado del jurado respecto de qué film sería galardonado con el premio a la mejor película, este blog iba a dedicarle al presente, producido por la prductora platense Paura Flics, tal honor dentro de las películas en competencia que aquí fueron analizadas. No habiendo visto todas ellas, podía perfectamente ganar alguna otra de la lista, pero no fue el caso y Masacre esta noche, producción argentino-mexicana que me propongo comentar ahora, salió ganadora a la mejor película del Festival de Cine de Terror, Fantástico y Bizarro Buenos Aires Rojo Sangre 2009.

Masacre esta noche versa sobre un joven camarógrafo, que podría tomar cualquier trabajo por dinero, total, dice él, "no me meto en nada, voy, filmo, hago mi trabajo y listo". No obstante, su "profesionalismo" (palabra que es el único asidero del protagonista y los demás personajes hacia una moral compartida) se ve enfrentado a una situación inusitada. Ya había filmado gente atropellada, mutilada, padres que tienen que sostenerle la mandíbula a la hija para que no se le caiga -"y yo seguí filmando"-, y por supuesto, una película de asesinos a lo Wes Craven, que, tras dos años, no podía terminar de producir por falta de dinero. Esta vez, tendrá que filmar en el punto más extremo del morbo conocido por las "artes" visuales, un film porno snuff. Para los que no sepan de qué trata este género (que se explica claramente en otra aterradora película, 8mm), es la exposición de escenas pornográficas sádicas que culminan con la muerte real de la protagonista.

El film tiene muchas virtudes, como también defectos que podremos comentar más adelante, pero el mayor de ellos sea quizá poder ser una película de "género" y, a la vez, una metareflexión sobre el morboso cine de terror. ¿Hasta qué punto un realizador de cine, o un espectador es un sádico? "Un rarito". Muchos de nosotros, quienes admiramos este género, no somos asesinos ni mucho menos, pero nos deleitamos con un poco de sangre salpicando la cámara. Sabemos, sin embargo, que eso no es real, que sólo lo podemos ver allí o, mejor dicho, que disfrutamos sólo cuando en este género artístico se expone el morbo. En efecto, hay una discusión de esta naturaleza en Masacre... cuando el director de la obra trata de transmitirle al protagonista que su película de terror debería avanzar hacia los nuevos territorios abiertos por esa suerte de documentalismo de la muerte. La respuesta del camarógrafo era, simplemente, "yo quiero contar una historia".
Además de la sangre, este film es uno de los pocos de los que he visto en el BARS 2009 que tiene una dosis de suspenso precisa y efectiva. El encierro en la casa/set de filmación y la obligación de seguir participando por estar implicado en un crimen, nos muestran esas decisiones "de vida o muerte", literalmente, que legó a la cinematografía el maestro Hitchcock, quien enseñó que mostrando menos se sufría más. Pero tampoco es que este film muestre menos, ya que esta actitud la toma en la primera parte. La parte final es, además, un buen ejemplo del gore y el sufrimiento ajeno [mini "spoiler": el dedo hurgando en el cerebro].
Y tampoco le falta humor a Masacre esta noche. Quizá esta modalidad sea implantada en momentos poco precisos, que hacen, junto con otras cosas, que el final sea un poco más desprolijo que el resto del film. No obstante, los directores (que aprovecho a nombrar: Ramiro y Adrián García Bogliano) lograron utilizar el montaje y el guión para provocar esas escenas de humor preciadísimas para los fanáticos del género.
Los estudiantes de cine, quedarán encantados con un film que abunda en explicitaciones de técnicas de cámara y que se mete en el mundo del cine de género (el porno, el terror, el suspense), como así también nosotros, los espectadores más o menos avezados, disfrutamos de esta repulsión a las perversiones, que tanto amamos. Lo sé, soy "rarito", pero a mí sólo me interesa ver cómo se cuenta una "historia".
Hernán A. Manzi Leites

FRUIT FICTION (BARS 2009)

(Regular**)

Reversión argentinizada de Pulp Fiction, de Quentin Tarantino, realizada por unos jovenzuelos, Matías Rispau, Fernando Basile y Boris C. Q. .
Estos chicos se enfrentan, claro, con un director de la talla de Tarantino y, por lo tanto, el efecto de las escenas -volcadas hacia la inocencia, aunque con algunas escenas obscenas- no es el mismo. La intención debería haberse volcado quizá un poco más hacia un "realismo criollo" y, de ese modo, no hubiera sufrido las mezclas entre la mímesis de Tarantino y la imitación porteña.
Felicito a los directores por los comentarios "bien nuestros", pero muchas escenas carecen de dinamismo (en particular la de la escuela de payasos, en contraposición a la mejor secuencia, la de la salida con "Milka).

Hernán A. Manzi Leites

miércoles, 4 de noviembre de 2009

THEY WANT MY EYES [ELLOS QUIEREN MIS OJOS] - (BARS 2009)

(****muy buena)
[competencia]
No le abras la puerta a nadie. La ley primera de nuestros padres funciona también para el cine de terror y, por supuesto, para el protagonista de esta historia dirigida por el argentino Sergio Esquenazi (Visitante de invierno). El norteamericano Kyle invita a entrar a su casa -alquilada en Buenos Aires- a un viejo conocido, perdido desde hace once años, Hugh. Pero lamentablemente, lo conoce demasiado poco, y la persecución que en un principio arguyó para lograr su ingreso se tornaría un motivo para una imposible convivencia.
Lindando con la ciencia ficción, Esquenazi presenta un relato a con muchos tonos de morbosa originalidad -relativos a lo que esconde Hugh en su maleta y bajo sus gafas- que, lamentablemente, son desplazados por momentos algo trillados. Por ejemplo, explicaciones estrambóticas de la situación por parte de Hugh a Kyle, monjas siniestras y oídos incrédulos no hacen lo mejor de la obra. No obstante, la modalidad thriller mezclada con el terror funciona y el espectador logra identificarse con el horrible error de Kyle, que se ve envuelto en algo de lo que no puede salir.
Por cierto, la película está hablada en inglés, pero reconoceremos las porteñas calles de los barrios del sur del Buenos Aires querido. Otra buena opción, cercana, como dije, a la ciencia ficción, para los que no buscan zombies ni vampiros... aunque mejor tampoco te metas con los tipos estos que persiguen a Hugh. Que se compre una heladera y que se esconda ahí.
Hernán A. Manzi Leites

lunes, 2 de noviembre de 2009

CORTOS CLASE Z (BARS 2009)

Desde ya, una selección de cortos es siempre más amena que una película poco entretenida. Por suerte, aún en la ultimísima calidad de la presente serie, se nos demuestra que el guión, la originalidad y el ingenio son un arma de oro en el cine. A continuación, los cortos que se proyectaron en la categoría de Cortos Clase Z, cine berreta, pero muy bueno:
A SALVO (Darío Valentino) 11'
[Muy buena]
Un secuestro en extrañas condiciones y una decisión "kantiana" ponen a un hombre en aprietos.
El más dramático de los cortos de la serie, llega a oscuras discusiones éticas, con apocalipsis incluido.
EL LOCO DE LA CAMISA (QUE ENTRA EN EL BAÑO MIENTRAS ESTÁS CAGANDO) (Francisco Negrello) 3'
[Buena]
El título lo dice todo. En brevísimos minutos, un poco de humor y sangre.
IXTRANEAS (Nicolás Macko) 18'
[Muy buena]
El más Z de estos cortos. A partir de esta caracterización, se perdona el mal sonido y la poca "magia del cine" por el añadido de humor que ésto efectúa sobre una historia de fantasmas y viejas maldiciones en un porteñísimo departamento. Sábanas, soledad y viejos trastes, nunca fallan.
VEGANZA, VENGANZA, VENGANZA (Ignacio Arce) 15'
[Excelente]
Un Arrástrame al infierno llevado al metal de Hermetica, los travestis de P*****o y los más gronchos y bizarros personajes. Por una vieja de mierda, la cosa se le vuelve turbia a una parejita. Hay humor, hay fantástico, hay "homenajes" y hay reflexión sobre ciertas cuestiones penosas, como el robo de bebés. Un original y muy buen trabajo de la productora Venganza.
UNA HISTORIA DE TERROR (MIRAME) (Darío Abal) 10'
[Buena]
Misteriosos asesinatos de adolescentes con hormonas vibrantes, cabezas cortadas (i.e., "photoshopeadas") y juventudes truncas. A un asesino, le encanta filmar a sus víctimas. Un poco de la moralina como en el ochentoso cine de terror yanqui. Buen recuerdo, de más está decir que el Z le añade humor, pero con un final algo decepcionante.
CRETINOS (Antonio Giammatteo) 12'
[Regular]
Misterios caseros que vive un viejo tano en pantuflas. Casa chorizo, nietos ambiciosos. Unos cretinos. Bien llevada, con humor, aunque poco interesante.
GOLPES (Alejandro Alvariño) 29'
[Regular]
Casa nueva, misterio nuevo. Solito en casa, tocan la puerta. En una película de terror, nunca se sabe quién es, sólo que es malo muy malo.
La tensión está bien distribuida, pero sólo en un principio. Luego, la extensión y las previsibles soluciones opacan lo logrado minutos antes con el "Noc, noc ¿quién es? ¡Llamo a la policía!".
Hernán A. Manzi Leites

MORGUE STORY - Blood, Blowfish & Comics (BARS 2009)

(***Buena)
[Competencia]
Interesante película brasileña sobre Ana Argento (Mariana Zanette), una dibujante mal de amores que realiza el comic de Oswald, un zombie tuerto discriminado por la sociedad, y que ahora se dispone a relatar los sucesos de su muerte. Por extraña que esta afirmación parezca, debe ser interpretada textualmente: el tópico de esta película es la catalepsia.
El otro protagonista de esta historia es el Dr. Daniel Torres, el perverso forense de la morgue, quien induce a sus pacientes en la catalepsia a través de un método extraido del voodoo zombie de Haïti. Allí se encontrará con otro cataléptico, Tom, que trabaja "en el rubro" vendiendo seguros de vida. Todo se enrieda demasiado y con la llegada de Ana llegará un extraño amor.
La obra, que tiende definitivamente hacia la comedia, está muy bien lograda (por suerte es catalepsia, si no cabría decir que los muertos respiran un poco), y son destacables tanto las actuaciones (que, dentro de las que yo he visto en el BARS deberían llevarse algún premio), como el montaje y el uso del color. En ciertos fragmentos, se intercalan imágenes del comic de Ana, lo cual brinda una dinámica distinta al relato. No obstante, esto no basta para suplir el hecho de que se trate de una película basada en una pieza teatral (del mismo director, guionista y montajista Paulo Biscaia Filho), que sin duda debe ser genial en las tablas, pero no que aquí no llega a brillar, debido a cierta abundancia de diálogos en escasas locaciones (dos principales), lógicamente justificadas sobre un escenario.
Ah, por cierto el guionista también hace gala en los diálogos de cierta cinefilia de género, complementada con el ingrediente principal de este festival de cine de terror, fantástico y bizarro: sangre y mucha sangre.
Hernán A. Manzi Leites

COLIN (BARS 2009)

(muy buena ****)
[competencia]

Me maravillo al pensar cómo el género de los zombies pudo ser explotado, con Romero a la cabeza, como un modo de expresar las penurias de una sociedad, en particular la sociedad capitalista. Colin, película inglesa del director, guionista, productor y editor Marc Price, cuenta la historia de un zombie, a través de quien se experiencia la devastación a la ciudad de Londres provocada por la peste zombie que, como en casi todas las películas de este género, no tiene explicación alguna.
La reminiscencia clave es, por supuesto, Otto or Up with dead people, de Bruce LaBruce, proyectada en el Bafici 2008, en particular por tener a un zombie "perdido en la existencia" como protagonista. De todos modos, el gran film de LaBruce no puede ser comparado en cuanto al argumento del presente film británico.
Detalles que vuelven a esta película interesante son, en primer lugar, el presupuesto, que, según el productor, fue de setenta dólares. Verdad o no lo del presupuesto, lo realmente destacable es la labor de montaje y fotografía que muestra un gran profesionalismo. Por otra parte, está el guión, que, aunque corre un poco lento, trata ciertos tópicos que suelen pasarse por alto rápidamente en muchos films de muertos vivos, como, por ejemplo, los lazos de familia entre los vivos y los no muertos (jua).
En relación con el contenido socio-político de la obra, el principal "debate moral" lo da la inclusión en el argumento de unos "escuadrones de la muerte" que se encargan de matar a los zombies... o a los infectados. ¿No estamos frente a un debate de bioética? Habría que preguntarle a la Dra. Florencia Luna y a otros reconocidos filósofos. ¡Espero ver especialistas en el Rojo Sangre!

Hernán A. Manzi Leites

viernes, 30 de octubre de 2009

BLOOD ON THE HIGHWAY (BARS 2009)

(Buena ***)
[Competencia]
Comedia estadounidense sobre tres jóvenes, el recio Bone, el tonto Sam y la bella y maltratadora novia de Sam, salen en su auto para ver un concierto. En la mitad del camino, ya se encontrarán con problemas. En primer lugar, al molesto Sam, pero en un segundo lugar aún más crucial, vampiros. El argumento se desenvolverá en la lucha por sobrevivir que tienen estos tres muchachos junto a tres delirantes sobrevivientes en una casa de Fate, pueblo infestado de vampiros.
La destreza de los técnicos evidencia mucho menos que un Sam Raimi, pero todo se olvida con chistes, sangre y actuaciones más que discretas.
No nos olvidemos tampoco de la crítica -burda- al capitalismo que ya es una típica del terror contemporáneo. Dirigida por Rowan Epstein.
Hernán A. Manzi Leites

ZOMBIENATION (Buenos Aires Rojo Sangre -BARS)

(*mala)

Proyecto de unos jóvenes argentinos de contar la historia del Dr. Ákula, quien se ve envuelto en la resurrección en modo zombie de Adolf Hitler. El dictador intentará nuevamente reclutar un ejército neo-nazi (neo-¿zombie?) para crear un gobierno mundial liderado por una raza superior. Por supuesto, no importa que uno sea negro o judío esta vez, había un par de morochos dando vuelta en su ejército. Pero, claro, definitivamente no es la intención del muy joven director argentino Víctor Méndez serle fiel a nada en absoluto, mucho menos a la historia. Este aspecto de olvido histórico (la eugenesia nazi) podría justificarse, ya que la nueva "raza superior" serían los zombies, y los humanos en general, la inferior. Sin embargo, la trama escapa también al género, porque el surgimiento de los zombies nunca fue tan explícito como en este film. Además, estos zombies no contagian cuando muerden, tienen líder... una cosa extraña.
Todas estas, licencias perdonables.
No obstante, el guión de la obra es pobrísimo, no sólo en cuanto a contenido sino en cómo está estructurada. La película redunda en momentos aburridos y clichés melosos, probablemente por el defecto mayor (sin contar los problemas técnicos, que un guión bien estructurado suple con creces) que es cierta ambigüedad en la intención total del film. Es decir, no terminamos de ver una "bizarreada", ni algo "de terror", ni algo "histórico", ni "ciencia ficción", ni "romántica"...
Y lo peor de todo, esto la vuelve aburrida.
Apoyo enteramente que los jóvenes argentinos hagan sus películas, pero tendrán que mejorar.

Hernán A. Manzi Leites

BUENOS AIRES ROJO SANGRE 2009

Hola, estimados lectores. Les comunico que desde ayer, 29 de octubre hasta el miércoles 4 de noviembre se hará presente en 2 salas del complejo Monumental (Lavalle 780, Ciudad de Buenos Aires) la décima edición del festival de cine bizarro y de terror Buenos Aires Rojo Sangre. Las entradas están ocho pesos. El ambiente, siempre muy distendido, para ir con amigos o con lo pareja. O la verdad, con quien quieran.

En lo que respecta a este blog, intentaré realizar las críticas de algunas de las funciones. Para ello, téngase en cuenta el tipo de festival del que se trata. En este sentido, las películas serán criticadas en contexto (en realidad, como siempre intento analizarlas).

Disfruten del terror y la bizarreada.

Para más información del festival y la programación:
http://www.festivalrojosangre.com.ar

miércoles, 28 de octubre de 2009

[REC] 2

(Puntaje: 4)
Continúan trabajando los agentes especiales del GEOS en el infestado edificio de la ciudad de Barcelona. Esta vez, van más preparados y llevan a un extraño Dr. Owen (Jonathan Mellor) a que los ayude a quitarse de encima a todos los zombies. El propósito es, esta vez, encontrar una muestra de la sangre de la niña Medeiros para hallar un antídoto. Por supuesto, siguen dando vueltas los bichos de la vez pasada.
Lamentablemente, la gran película [REC] se ve opacada por esta su continuación directa en el tiempo. La versión anterior, dirigida -como la presente- por Paco Plaza y Jaume Balagueró, había sembrado ciertas dudas e interesantes teorías, la que, personalmente, más destaco es aquella por la cual podría extraerse químicamente la esencia de una posesión demoníaca. Así, lo que en primer lugar fue posesión, se transformaría en un virus. Muy bien, esta segunda versión es todos los lugares comunes que usted cree se pueden hacer con posesiones y zombies.
Por otra parte, tampoco es bueno el manejo del "cámara en mano". Principalmente, porque la excusa para utilizar este recurso es muy superflua: la necesidad de grabar todo por parte del grupo GEOS. Parece, además, que a los directores no les complacía la idea de tener sólo militares y zombies en la casa (lo cual es también una molestia para el espectador), de modo que esperen todo lo que siempre odiaron ver. En cuanto a cine.
La imperiosa necesidad de explicar o, quizá más aún, de ganar más dinero, llevó a Balagueró y a Jaumé a esta segunda parte de la historia de los zombies. Está claro que uno no se va aburrir en el cine, pero probablemente estos directores pierdan un poco del bien ganado respeto que obtuvieron el año pasado.
Hernán A. Manzi Leites

miércoles, 21 de octubre de 2009

NOTICIAS DE LA ANTIGÜEDAD IDEOLÓGICA. MARX - EISENSTEIN - EL CAPITAL (en DocBsAs)

[MUY BUENA ****]
Dir.: Alexander Kluge
Sergei Eisenstein, tras filmar en Octubre al modo de una superproducción, ciego de editar los más de cuarenta mil metros de cinta que había filmado, se dice a sí mismo que la única empresa que podría llevar adelante a continuación sería la película de "El Capital", de Karl Marx. Sólo a una mente como la de Eisenstein podía ocurrírsele llevar a cabo la tarea de expresar en imágenes aquello que Marx había dicho con palabras. No cabe duda que éste podría haber sido el emprendimiento cinematográfico más ambicioso de la historia del cine y, transcurridos ochenta años, sigue siendo un desafío.
El reto es claro, ¿cómo podríamos filmar conceptos? Kluge intentará, en este documental, dar alguna respuesta a esta cuestión y, para ello, recoge, directamente o por entrevistas a especialistas, todas aquellas expresiones del arte que intentaron plasmar los conceptos marxianos, sin dejar de relatar la historia del gran Eisenstein, el propio Marx y sus seguidores en distintos órdenes.
La tentación en el espectador es grande, y puede pretender, quizá, ver en la película de Kluge aquello que Eisenstein abandonó. Es innegable, de todos modos, que la forma del filme no podía, si pretendía constituir una obra significativa, eludir las ideas de Eisenstein sin intentar explicarlas. Probablemente haya sido un error de consideración (reproducido, por ejemplo, por la revista Ñ de Clarín, pueden confrontarlo en http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/10/17/_-02020387.htm) que Kluge pretendiera retomar la posta de Eisenstein, tomando en sus manos el proyecto de filmar "El Capital". Se trata de un modo de acercarse al problema, como lo han tratado de esbozar otras disciplinas, como la poesía o la música. En este sentido, Kluge corre el peligro de escindir su obra en dos partes, intentar conceptualizar la obra marxiana y el desdoblamiento de esta empresa en la reflexión consistente en mostrar lo que Eisenstein -y, como dije, muchos otros- se proponía. Esto genera cierta ambigüedad que gran parte del público no dejará de hacerle pagar al director.
El problema de los conceptos es, por supuesto, como dirían los fenomenólogos de Heidegger en adelante, no caer en la "metafísica de la presencia" y no "mostrar la Bolsa", sino poder expresarla. El arte tiene cierto beneficio por sobre otro tipo de relatos o análisis y es que puede eludir ciertas ataduras "consuetudinarias" del significante a su significado, pero no puede, y aquí el desafío Eisenstein/Kluge, desatarse por completo en su calidad de significante y representante. Por supuesto, pueden ser criticables los modos empleados por Kluge para dar respuesta a estas problemáticas estéticas y conceptuales. En lo personal, hacia la segunda mitad de su obra (que, igualmente, se proyectan sólo 83 minutos de las casi diez horas del original) cae definitivamente en la "presencia", mostrando el dinero en lugar de el capital: la escena final es la verdadera tumba de Karl Marx en Londres.

Hernán A. Manzi Leites

martes, 20 de octubre de 2009

LOS TIEMPOS DE LA VIDA (Pandora's Box)

(Puntaje: 8)

Cuando empiece a contar el argumento de esta película, les parecerá poco original y con esa falta de originalidad del género dramático que suele coronar las producciones de tragedias familiares y gente casada. Sin embargo, aún dentro de esta tónica, Los tiempos de la vida logra destacarse. Por eso mismo, fue galardonada con la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Y, señores, la dirige una mujer, la turca Yesim Ustaoglu (¡me faltan "firuletes" en las letras!).
La historia se vuelca hacia la vida de tres hermanos (dos mujeres y un hombre) que viajan de la abarrotada Estambul hacia las montañas de Turquía para buscar a su anciana madre (inerpretada por Tsilla Chelton, quien ganó la Concha de Plata a la mejor actriz) que había desaparecido misteriosamente. Lo evidente, ocurre: el viaje tendrá ciertos inconvenientes, la mayoría de ellos emocionales. Tras el reencuentro con su madre, perdida en el medio de la montaña, se descubre que tiene la enfermedad del Alzheimer. La vida de los tres hermanos cambiará radicalmente cuando tengan que hacerse cargo de la anciana Nusret, lo cual hace aflorar todos los conflictos familiares de la hija casada, la hija soltera y el hijo vago. A esto se suma la vida extraviada del adolescente Murat, hijo de una de las hermanas, quien sólo logrará hallarse junto a su hermano, quien lo comprende en su relación más de igual a igual, y junto a su abuela, en quien encuentra la paz y la huida al cuestionamiento constante de sus padres.
El relato es bien encauzado gracias a una maravillosa fotografía que logra captar la densidad emocional de los personajes. En relación con estos paisajes, se presenta como otro tópico del film la oposición entre el campo y la ciudad, mostrada como una ciudad realmente horrible. En este punto no cabe duda que esta oposición beneficia a la montaña y la campiña, adonde Nusret quiere regresar, aún sabiendo que no puede hacerlo por su cuenta y que allí no tendrá ayuda (lo cual le interesa poco y nada). El espectador queda atrapado, de este modo, en una contraposición un poco simplista o, si se quiere, romántica. No obstante, la directora atisba a identificar el campo con un espíritu humano que, aún mentalmente enfermo, se hace uno con la naturaleza que lo circunda.

Quien hace mucho tiempo no percibe la emotividad de una película, puede escoger esta y no saldrá defraudado. Lo que sí, le advierto que no muestra el costado bello de la vida cotidiana en la ciudad (porque en el campo parece otra cosa) y las conclusiones de la película tienden más a la perseverancia en la vida que a una resolución de los conflictos. La escena final, hermosa, puede dejarnos esa interpretación. En lo personal, quizá por no haberme abocado a este género dramático-familiar con mucho énfasis, creo que el film es rescatable y cumple con su cometido, que no es original, pero no suele lograrse: la identificación del espectador con los personajes. Visto desde la lejana Turquía (ah, no se ilusionen: nada de exotismos), Los tiempos de la vida cobra un efecto poco probable en el cine de Hollywood. Finalmente, un detalle técnico: se estrena en dvd y el sonido no está muy bien en ciertas partes. Espero que hayan podido repararlo, puede resultar muy molesto.

Un film que gana un espacio por su hechura y dedicación. No exijamos que sea más de lo que es.


Hernán A. Manzi Leites

jueves, 1 de octubre de 2009

EL ÚLTIMO MANDADO


(Puntaje: 7)

La película retoma un viejo tema, que ya vimos en un conocido film de Brian Synger, protagonizado por Ian MacKellen, Apt Pupil (El aprendiz), esto es, la influencia de un ex nazi del barrio sobre un chico adolescente. Por supuesto, este filme argentino, de Fabio Junco y Julio Midú, le da un vuelco bastante original a ese tópico. De antemano, mis felicitaciones a estos dos productores. No me cabe duda que el cine argentino debe luchar contra viento y marea. El primer problema es la distribución de las películas en salas. El último mandado se proyectará, en principio, sólo en el Tita Merello, y luego en espacios INCAA. Supongo que no ocurre lo mismo con Tinker Bell.

Esta obra es producto del trabajo de ex estudiantes de la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), provenientes de Saladillo, junto a los pobladores de esa misma ciudad de la provincia de Buenos Aires, siguiendo un proyecto de "cine con vecinos", que hace diez años se inició en esa zona. Por supuesto, el presupuesto para la realización de los filmes es bastante escaso, pero la iniciativa ya rinde sus frutos, ya que no sólo se trata del 19º largomentraje filmado entre la ENERC y los saladillenses, sino que también Saladillo se instituyó como la sede para el Festival Nacional de Cine con Vecinos (donde ganó, por ejemplo, El baño del Papa).
El argumento de El último mandado gira en torno a Lucas (Lucas Midú), un adolescente de una familia con múltiples hermanos, una madre y una suerte de detestado padrastro esporádico -que se encarga de tentar a la poco coherente madre con sus dádivas-, en una ruinosa situación económica. Por eso, Lucas se dedica a hacer mandados por el pueblo luego del colegio y llevar, así, algo de dinero a su hogar, además de la ayuda de una profesora de Historia que le entrega algunos víveres, ya que sin duda, la familia de Lucas es otra lamentable muestra de la indigencia rural que sufre nuestro país. La honestidad de Lucas, y cierto temple suyo que parece hacerlo más proclive a ciertos acercamientos y reacciones, lo lleva a trabajar para una anciana alemana (Ellen Wolf), muy cercana, en su juventud, al Nacionalsocialismo. A pesar de su personalidad ciertamente autoritaria, Lucas encuentra en esta mujer, Hannah, un refugio frente a la conflictividad de su casa. A la vez, este encuentro coincide con el encargo de la profesora de Historia de que Lucas escriba una monografía sobre Adolf Hitler, quien conocerá a través de una novedosa faceta.
En un principio, la película parece retomar burdamente ciertos clichés de los ex nazi, como el autoritarismo, o el escupir palabras sencillas en alemán al aire, llenando la pantalla de "nein", como si acaso fuera más difícil decir "no" que decir "no vayas a comprar a los chinos, o ¿es que usted no quiere a su país?". De todos modos, hacia la mitad, la obra evoluciona notoriamente, tanto en contenido como en estrategias. Se habla mucho más alemán -subsanándose así la técnica aparentemente estetizante de la primera parte- y la reflexión sobre el nazismo se vuelve original y se aleja de las caracterizaciones trilladas. Con esto último, quiero referirme a que la influencia de Hannah sobre Lucas no es tanto un "lavado de cerebro", sino una muestra de lo que fueron las necesidades de un pueblo alemán que se hallaba humillado y derrotado, y que adhiere a un proyecto anticapitalista frente al avance de un capitalismo antinacional. La profesora, que juega un papel crucial en el filme de Midú y Junco, no parece haber visto eso. Ella enseñaba la "historia oficial" de la posguerra, aquella escrita por los vencedores, y que es, naturalmente, una visión parcial, que olvida que los alemanes no eran todos máquinas de matar y de odiar y que Hitler no fue un loco manipulando a sus títeres. Fue un loco manejando a un pueblo, pero un pueblo conciente de su situación, muchas veces dramática. Se me objetará que los judíos no fueron los vencedores de la guerra, sino los grandes perdedores. A lo que respondo, que esto es llanamente falso. Los judíos fueron víctimas de uno de los más grandes exterminios sistemáticos de la historia de la humanidad, cayendo en las manos de un racismo de estado que arrasó, además, con otras culturas y formas de vida (por ejemplo, los homosexuales y los gitanos). ¿Son los rusos, también, quizá, los perdedores? Aún con 20 millones de muertos -un número que aquí es sólo un número, pero me asusto sólo al pensarlo-, nadie diría que los rusos "perdieron" la guerra. Al finalizar la guerra, Inglaterra asigna sus territorios en Palestina para crear el Estado de Israel, provocando todos los conflictos étnicos ya demasiado comunes hoy en día; y creo que con eso se está lejos de "perder".

El conflicto, y el problema de la historiografía oficial inaugurada entonces, fue que se interpreta a los Aliados como "buenos" y al Eje como "malo". Parece poco la bomba atomática en comparación con los campos de exterminio. Pero, en realidad, son lo mismo. Que quede claro, que estoy lejos de avalar la brutal y sistemática muerte y tortura de seis millones de seres humanos como política de Estado, sumada a los otros más de 50 millones de muertos por la Guerra en general, sin distinción alguna de origen, raza o religión. Y la guerra, fue también una política de Estado. Peor aún, una política económica de Estado. La ONU misma, enunciada por la profesora saladillense, tácitamente, como un "logro", se estableció para darle más poder a las potencias ganadoras.
En sustento de mi tesis anterior en relación con interpretación del filme -ya que respecto de la Segunda Guerra podemos discutir ampliamente, y seguramente me faltarían recursos-, hay una frase de Lucas, cuando le dice a Hannah que "el trabajo está todo mal". La brillante y humanitaria profesora, lo había calificado con un raso uno. "Y lo hacés de nuevo". Uno, como profesor, intenta inculcar ciertos ideales en los estudiantes, pero la actitud de la profesora parece alejarse del diálogo y lanzarse hacia la imposición de una doctrina. O lo hacía según los ideales que ella profesaba, o estaba mal. Poco podremos comprender así la historia del nazismo, bien si se justifica la masacre racial, o bien si se cree, como reza un reciente especial de un canal de historia, que Hitler es, como un Robledo Puch, "el más grande homicida de la historia".

Creo que películas como la de Midú y Junco, desde su humilde perspectiva, no por ello menos interesante, colaboran a releer la historia de la humanidad críticamente. En Alemania, por ejemplo, filmes como La caída, donde Hitler por primera vez es un humano y no un monstruo o un espíritu del mal, también ayudan a este trabajo, que es un proceso y que, creo, debemos iniciarlo también nosotros para nuestra historia. Afortunadamente, la Argentina está mostrando cada vez más los vínculos de los grupos civiles con los gobiernos militares. Quizá lo que más falte sea mostrar los vínculos que persisten en capas de la sociedad no militarizadas con aquel pasado funesto. Hasta que no se comprenda la relación entre economía y política de Estado, creo que eso quedará como una deuda pendiente.

Hernán A. Manzi Leites

sábado, 26 de septiembre de 2009

Aviso cinéfilo: INLAND EMPIRE en la televisión pública

Hola, quería avisarles que este sábado 26 de septiembre del 2009 van a pasar Inland Empire (Imperio) de David Lynch en canal 7, la Televisión Pública, dentro del ciclo de cine de los sábados, por cierto el mejor de la televisión de aire, llamado "Versión Original".
La película fue una de las primeras criticadas en este blog, y todavía está colgada, busquen, si quieren, en septiembre del 2007.
¡Recién me doy cuenta que este blog ya tiene dos años!
¡Miren la película!

¡Saludos, lectores y aunque sea este sábado, televisores!

Hernán.

lunes, 14 de septiembre de 2009

"Papá cometió hybris", dirección Claudio Mattos y Virginia Mihura

(Puntaje: 6)

Nota 09/10/09: la obra ha cambiado de sala. Al final, he escrito la nueva dirección (Espacio Polonia).


Hybris es una palabra griega que signifca lo contrario a la naturaleza, physis. La naturaleza es, para los antiguos griegos, armonía y está regida por el logos como principio racional. La hybris es, por lo tanto, irracional, en otras palabras: contra-natura.

Esta obra, escrita y dirigida (junto a Virginia Mihura) por Claudio Mattos (quien, además, interpreta el papel de Alejo), retoma algo de la tragedia griega, las relaciones incestuosas alla Edipo para realizar un trabajo que, a mi entender, pasa más bien por la ciencia ficción. No obstante, los fanáticos de este género (hermoso para ver en teatro) se sentirán algo decepcionados, ni hablar de los seguidores de Esquilo. Quizá por ello el autor hable más bien de lo "fantástico" que de ciencia ficción. Aún no agotamos las diferentes posibilidades de clasificar esta obra, pero hay algo que queda claro al espectador cuando sale de la sala: Claudio Mattos cometió hybris.
La puesta, que permanece siempre idéntica, nos muestra una sala de una casa de Banfield, repleta de elementos de vieja tecnología y trastos arruinados. El eje argumental, que podamos proveer será aquí más bien una interpretación para guiar al espectador, aún forzando una estructura argumentativa lineal de la que la obra carece. Hay dos tópicos llamativos en Papá cometió hybris y estos son las paradojas del mundo capitalista vistas desde la clase media/baja con voluntad de ascender en la escala social, y las oscuras relaciones familiares, propias de la tragedia griega. En relación con lo primero, la locación en la Zona Sur del conurbano de la capital argentina, en Banfield, es recurrente para la caracterización de la clase media trabajadora, ligada en gran medida a las fábricas. Ya vimos esto con Made in Lanús. Así es como el personaje de Marcos (Julián Smud), exhalará toda su perversión para comprobar la tesis de su difunto padre (representado en una suerte de conservadora en una esquina de la sala), elaborada dentro del proyecto Ciencia Casera Latinoamericana, para lo cual experimentará con su hermano Lucio (Ezequiel Gelbaum), a quien su padre habría hecho eunuco, y con Ivana (Clarisa Hernández), a quien cree su prima. El personaje que lleva a cargo el análisis político es, precisamente, Marcos, y a través de él nos situamos en un mundo temporalmente posterior al nuestro, pero no demasiado distante, en el que los grandes potentados han perdido su capacidad de olvidarse de las preocupaciones consumiendo millonadas de productos, y han tomado a su cargo, como relax, el pico y la pala. Marcos deja entrever que si su tesis -ligada al control de las mentes a nivel social- llega a ser comprobada, él logrará convertirse en un hombre rico, evidenciando la voluntad de disfrutar de aquello que a los pobres y la clase media les es vedado: el disfrute de la orgía capitalista. Sin embargo, aún faltaba un eslabón, el otro hermano, Alejo (Claudio Mattos), quien es atraido mediante ardides publicitarios a la casa de Banfield. Su vida "formal y cortés" contrasta, en principio, con la patología de Marcos, Lucio e Ivana, pero con Alejo arribará Erica (Silvina Ganger), que se comportará como una disrupción en el seno del enfermizo círculo familiar.
En efecto, uno puede detectar muchas temáticas interesantes en Papá cometió hybris, y fue la voluntad del autor que el argumento no siguiera un desarrollo demasiado lineal, o mejor dicho, demasiado claro, con el fin de permitir al espectador privilegiar un tópico por sobre otros. Sin embargo, esto hacer correr grandes riesgos a la obra. Uno es la confusión excesiva del espectador, que recibe una obra cuyo inicio parece muy desligado de la propuesta inicial. Otro, el más grave, es que, precisamente, los temas tratados permanecen en un alto nivel de superficialidad; son, sencillamente, tópicos. Esto implica que la toma de postura del escritor sea casi nula y sumado a la mixtura de géneros y los anacronismos empleados, su visión aparentemente política se desdibuja en aras de la estética de su obra.
Cabe destacar, no obstante, el trabajo, en cuanto tal, de los jóvenes actores que participan (y hacen la obra). Probablemente dependa de esta juventud la existencia de obras de teatro con formato y financiación independiente. Hubiera sido mi deseo, que Mattos desarrollara más el género de la ciencia ficción y brindara alguna reflexión más profunda... del helenismo o del marxismo.


Para quien le interese continuar discutiendo esta obra (¡por este medio también!), pueden asistir a las funciones en:
ESPACIO POLONIA
Fitz Roy 1477 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Reservas por mail: poloniateatro@yahoo.com
Tel: 3965-9549
Entradas: $20 (descuento estudiantes y jubilados, $15)

Hernán A. Manzi Leites

miércoles, 9 de septiembre de 2009

TIERRA SUBLEVADA: ORO IMPURO

(Puntaje: 7)



Vuelve (de unas jugosas elecciones) Fernando Ezequiel "Pino" Solanas, esta vez con el filme que continúa su saga de documentales sobre la Argentina. Se lanza ahora contra la minería a cielo abierto y se planta en una actitud más de "denuncia" a secas, en contraposición a la más compleja La próxima estación, en la cual el tren logra tener un simbolismo mucho más extenso, y la reconstrucción histórica y sociológica, aún con limitaciones, hace de su pasada película una experiencia algo más rica que la que se estrena en este 2009.
Antes de proseguir, conviene aclarar que Tierra Sublevada: Oro Impuro constituye la primera parte de Tierra Sublevada, cuya segunda entrega se denominará Oro Negro. Como el nombre insinúa, el filme de Solanas versa sobre la explotación abusiva de los recursos mineros y de los corruptos negociados que conlleva, aún cuando la devastación ecológica y social que produce es llanamente terrible. Los créditos iniciales pretenden mostrar cómo esta situación se continúa desde la llegada de los españoles a América, en una versión contemporánea de la intervención extranjera para extraer nuestras riquezas del suelo.
La corrupción, los sobornos a políticos y universidades (algunos millones que pagan el visto bueno de la Universidad de Tucumán y todas las universidades nacionales... que acaban de aceptar ese dinero sucio), las traiciones y la pobreza son el escenario de esta vieja historia. La primera mina visitada es "La Alumbrera", enorme complejo minero a cielo abierto que destruye cerros y contamina aguas que el pueblo bebe (por ejemplo, afecta al pueblo de Villa Vil, hermoso pueblo termal que pude visitar hace poco), a la vez que utiliza millones de litros que no paga, situada en las cercanías de la ciudad catamarqueña de Andalgalá. También visitará minas en San Juan y, por último, se dedicará a tratar el caso de la montaña minera más famosa de la Argentina: el Famatina.
Lo interesante de estas experiencias no son sólo los escraches a funcionarios y las entrevistas, sino la posibilidad que otorga Pino a otros cineastas al utilizar su material en un filme de mayor "escala" (y lamentablemente, la escala del documental no es mucha). Así, no sólo tenemos que taparnos de la vergüenza respecto de los negociados de los Kirchner (Cristina Fernández veta la ley de los glaciares para permitirle a la Barrick utilizar los recursos mineros de los cerros con glaciares), sino también de funcionarios locales, que nosotros no conocemos tanto, ¡pero sepan que su pueblo sí los conoce!
A pesar de todo esto, el documental tiene una deficiencia muy notoria en gráficas de postproducción, con presentaciones que parecen hechas en Word o Power Point, y... errores de ortografía. Un detalle que empaña el contenido, porque al fin y al cabo estamos haciendo cine.
Cabe también reflexionar sobre el impacto político de esta obra. Sin duda, el prestigio de Pino aumentará, particularmente en sus electores que lo votaron convencido e incluso en los que no tanto. La indignación que produce ver TS: OI es mucho mayor a cualquier investigación de Telenoche Investiga o algún otro canal amarillista. El poder del cine político (que no podemos decir con certeza que esta vez sea oportunista) lo tiene Solanas en sus manos, luego de cuarenta años desde el estreno de La hora de los hornos. Sin embargo, está presente, como siempre, el problema de la distribución. Si es para el Gaumont y otras pocas salas porteñas y de las ciudades, entonces es un voto o una clarificación para una conciencia burguesa. Tenemos que lograr, por eso, que estos filmes se exhiban multitudinariamente. Esperemos que entre subsidios prometidos por el INCAA y lo poco de dinero que queda de las entradas, los documentales argentinos se hagan del único espacio que pueden tener: la realidad. Por una vez, los críticos tienen que saber dejar de lado, la "magia del cine", por la eficacia de lo concreto. Más aún, quizá ésto sea el cine.




Hernán A. Manzi Leites

lunes, 31 de agosto de 2009

EL HOMBRE QUE CORRÍA TRAS EL VIENTO

(Puntaje: 4)




Ismael Serrano se vuelve cada vez menos político (aunque, coño, se puede ser político y que no sirva poco) y más romántico. Quizá con esta película Ismael, en cuya historia "La dulce Carola" se basa esta obra, logre enamorar a más de una chica. Me refiero, a su chica, porque la Carola del filme lo tiene a mal traer. En efecto, el argumento gira en torno a un español en Buenos Aires (Serrano) que se enamora de una mesera a primera vista (Jazmín Stuart), pero con quien no puede concretar más que algún encuentro fuera de los almuerzos ejecutivos del restaurante en el que trabaja, a pesar de la voluntad de ayudarlo que pone su amigo no vidente Luis (Pasta Dioguardi).
Este filme, dirigido por Juan Pablo Martínez, utiliza recursos fantásticos para el desarrollo de la historia de amor, pero esto no lo salva de su escueto mensaje, que puede resumirse con la frase de Kierkegaard "no existe la repetición", sólo que vaciada de todo contenido filosófico, ya que no podríamos llamar "filosófico" a la charla de amigos en el bar. Este vacío está estructurado con una trama construida con numerosos artificios, decorados que hacen que una torta luzca bien, sin que sepa muy deliciosa. Por otra parte, las actuaciones están bien, y la fotografía muestra bellos paisajes patagónicos y citadinos como fondant.

Los amores son complicados, y esta película nos muestra un poco de eso. Aunque muy, muy poco.

jueves, 20 de agosto de 2009

¿QUÉ PASÓ AYER?

(Puntaje: 7)

Por fin una comedia más o menos decente se presenta en las salas de Argentina, aunque, más bien, todo lo que hace es jugar con lo indecente.
Esta película, dirigida por Todd Phillips, relata la historia de una noche de despedida de solteros en Las Vegas, pero a través de la reconstrucción que sus protagonistas realizan al día siguiente, ya que los excesos de la noche anterior les hicieron olvidarse de todo... incluso del novio.
La galería de personajes es bastante típica, el sereno y responsable novio, Doug (Justin Bartha), un "sensato" y pollerudo dentista, Stu (Ed Helms), un canchero y seductor profesor, Phil (Bradley Cooper), y el que se gana los laureles de personaje ridículo, el pervertido hermano de la novia y amigo de Doug, Alan (Zach Galifianakis). Mucho va a rescatarse de otra película de Phillips, Viaje Censurado, ya que definitivamente todo lo que ocurre allí es censurable hasta lo ridículo.
Hay ciertos momentos del filme que nos hacen reir, aunque no tanto durante la reconstrucción a lo thriller de los sucesos de la noche anterior. Es más bien la demostración de que esa noche podría ser la mejor noche de fiesta de nuestras vidas lo que genera la empatía con el espectador. Sin embargo, vale la pena dejar ese suspenso, esa nada que nos da Phillips de lo que pasó ayer, para un final que hará que recordemos la película y que muestra el talento del director en una obra bien lograda, que despertará nuestro deseo de ir alguna vez a Las Vegas. Es la vieja estragia de la "magia del cine", mostrar lo inalcanzable para el hombre medio (si se me critica diciendo que es una visión capitalista, no lo negaré, no sé qué otra cosa puede hacerse en Las Vegas más que acostarse con Bill Clinton). Supongo que, de todos modos, lo que más necesitaríamos es el dinero... y un buen visto bueno de las autoridades locales.
Un espaldarazo para el género más complejo de todos: la comedia.

Hernán A. Manzi Leites

martes, 11 de agosto de 2009

ENEMIGOS PÚBLICOS

(Puntaje: 7)

Johnny Depp y Christian Bale, dos superestrellas de la actualidad, se juntan bajo la dirección de Michael Mann (Colateral, Ali, El informante) para hacer "una de gángsters". El elegido es John Dillinger, famoso ladrón de bancos que acarició cierta popularidad en los EEUU de los '4o, debido al desprestigio en que se encontraban sumidas estas instituciones. Este no es, sin embargo, el costado que Mann más explota. Su mirada está centrada en la creación de un thriller, y en cierto develamiento de las vidas de sus protagonistas, Melvin Purkis (Bale), el líder de una élite de policías encargados de eliminar a Dillinger, y el propio Dillinger (Depp).
El título de la obra explicita el carácter doble de la relación entre lo privado ("Enemigos") y lo público ("Públicos"). Esta tensión es sutil en el filme de Mann, principalmente por no haber intentado destacar demasiado el posible carácter personal de la persecución al mafioso.
En cuanto a los méritos técnicos de la película, la ambientación, en consecuencia con la gran producción que conllevó la realización, es digna de mención. Sin embargo, es un interesante trabajo de fotografía lo que más llama la atención. El uso de cámara en mano, aunque en un principio parezca superficial y decorativo, modifica radicalmente el dinamismo de las escenas, y hace que el espectador se sienta atrapado en sangrientas escenas de acción al introducirse (con la cámara) en la carne misma de los hechos. Así es como Mann le da un "toque" distintivo en la linealidad de una cronología que no recurre a flashbacks o escenas oníricas para crear texturas.
La caracterización de los personajes es otro tópico bien trabajado, y Depp quizá sea el que menos luce en esta labor. Christian Bale (Velvet Goldmine, The Dark Knight) expone buenas dotes actorales, con acento y todo, en el papel de Purkis, y es en él y en la novia de Dillinger, Billie (Marion Cotillard) donde la personalidad del delincuente produce sus efectos refractarios, poniendo en evidencia cierta escisión perversa que habita en su interioridad - porque, por cierto, todos los personajes de aquí son perversos. Indudablemente, el guión, escrito concienzudamente, ayuda en grande a la calidad de la obra.

La pata floja de la película es cierto trasfondo banal que se muestra. Si bien la comparación entre policías y mafiosos puede ser considerada un punto de crítica, ella sobrevuela un filme que tiene un objetivo más bien estético y de entretenimiento. Como una vieja película de gángsters adecuada a nuestros tiempos (¡Depp y Bale juntos!). Al ver el filme, uno nota cierta "manipulación" por parte del director hacia el espectador, quien agrega música dramática a los momentos dramáticos o la handy cam para favorecer el dinamismo, como si quisiera ocultar el escueto contenido de la película. No obstante, la labor técnica - que incluye una caracterización progresiva de los personajes basada en montaje, fotografía e interpretación - es destacable, y lo mórbido del argumento y las escenas queda eclipsado por la calidad que impone Mann en su obra.
Por suerte, Hollywood demuestra que puede exhibir trivialidades de buena estirpe colocando el presupuesto en manos adecuadas. A veces, el derramamiento de sangre vale la pena para una noche de cine.



Hernán A. Manzi Leites

jueves, 6 de agosto de 2009

DEMASIADO AMOR

(Puntaje: 5)


Siempre viene bien una escapada a la Italia napolitana; es un viaje para acercarse al lado (alegre, no oscuro) del corazón. Esto queda muy patente en la película de Lina Wertmüller, directora que se hizo famosa al dirigir Pascualino Siete Bellezas, filme que incluso pasó por los premios de la Academia (bue... tampoco nos lo tomemos tan a pecho), y por ser una directora mujer, que las hay pocas, y por suerte en Argentina tenemos un par buenas (María Luisa Bemberg, Albertina Carri, Lucrecia Martel, entre tantas otras más ignotas y no por ello menos destacables). Italia es un fetiche para muchos artistas (en literatura, el más famoso Edward Morgan Forster - "A room with a view", también película de James Ivory), y, como tal, tiene sus personajes icónicos, como Sofia Loren, quien protagoniza esta película de Wertmüller.
Maria (Loren) y Jeffrey (F. Murray Abraham... sí, "Jorge de Burgos" y "Salieri") están atravesando un conflicto marital, notoriamente leve, aunque empeora tras la sospecha de infidelidad por parte de Maria respecto a su marido. Justo para esa álgida situación, la nonna cumple años y los tres hijos de Maria y Jeffrey asisten a la fiesta, que se termina conviritiendo en un despliegue de recuerdos, llantos, risas y confesiones privadas. Miriam, está embarazada, Marco quiere retener a su esposa, liberal actriz, con la que tiene tres hijos, y Francesco es un seductor escritor de novelas rosas con aspiraciones de escritor serio. Como buena familia italiana, todos los conflictos (y todos los personajes) pasarán por esa mesa festiva. Por eso, el título original del filme reza peperoni ripieni e pesci in faccia.
Haber omitido el título original hace que se pierda en la banalidad lo más interesante de la película, el recurso que nos muestra a todos los personajes de la película desfilar por esa vieja casa de la costa amalfitana, que se cae a pedazos, como en un viaje al pasado a partir del cual la vida puede regenerarse con nuevos bríos.

Pero, queridos lectores, no se apasionen demasiado con esta maravillosa Italia. Un poquito de grappa me tiene sin cuidado y aquí Wertmüller cierra nuestro panorama a visiones clásicas, idílicas, del amor, la vida y la amistad. Hay que felicitarla, empero, por los bellos paisajes, que hacen que todas estas palabras adquieran el sentido que ella quiere darles. Junto a las tetas de la Loren, ese hermoso mar puede tener su público. Yo, les recomiendo Heine.







Hernán A. Manzi Leites

martes, 4 de agosto de 2009

FUERZA G (3D)

(Puntaje: 4)
Siguen las películas en 3D, esta vez a cargo del reconocido productor Jerry Bruckheimer (Piratas del Caribe, y series como CSI), quien intenta en Fuerza-G una mezcla entre secretos de Estado, FBI, y hámsters entrenados como agentes secretos. La misión inicial de este equipo de prueba es extraer información de la mansión de un multimillonario empresario de electrodomésticos, sobre sus planes de conquistar al mundo a través de la interconexión de sus productos con un satélite. Tras las dudas que genera al FBI el trabajo de los agentes roedores (que tienen un aparato especial para hablar como humanos), el
Buró decide quitarle el presupuesto inicialmente otorgado y "confiscar" a los ratones que, por supuesto, se escapan para intentar salvar al mundo, con la ayuda técnica de su mentor y creador, Ben.
La utilización del 3D es buena, aunque luego uno se acostumbra a ello y pierda parte del encanto, y los tiene algunos toques de comedia, pero de comedia ridícula. Si bien las ratitas son adorables y la trama fluida, es evidente cuán poco le interesa a Bruckheimer tratar el tema de los animales en cautiverio y las pruebas con animales (recomiendo para este tópico ver Los perros de la plaga, aunque definitivamente no es para niños), más aún cuando él mismo los utiliza para divertir a infantes en un burdo reemplazo de lo que podrían haber sido niños o incluso adultos.
Otro estreno comercial más, con poco y nada de interés intrínseco.
Hernán A. Manzi Leites

jueves, 16 de julio de 2009

100% LUCHA, EL AMO DE LOS CLONES

(Puntaje: 6)

Época de vacaciones de invierno, no falta la película para niños. 100% Lucha, el Amo de los clones, apunta a un público estrictamente infantil y, casi exclusivamente, seguidor de las luchas de todos los domingos por Telefé. Se trata de un filme sincero, bien realizado y mayormente entretenido y ágil (aún cuando se mueve dentro de una dinámica argumental muy predecible). Para los padres o familiares que quieran llevar a sus hijos al cine (público de colegio primario diría), no se llevarán ninguna sorpresa en relación con contenidos no aptos para los niños.
En la simplicidad de esta obra se evidencia la estructura antitética entre el bien y el mal, jamás tan explícita como a través del clon del buenazo Vicente Viloni, el héroe infantil - tanto su persona como lo que lo representa - de corazón puro, creado por un viejo amigo suyo del barrio, Damián (Daniel Casablanca). Seguido de sus exhuberantes secuaces, interpretadas por Natalia Kim, Delfina Gerez Bosco y Dallys Ferreira, intentará copiar a todos los participantes de 100% lucha para generar un ejército de clones, más poderosos que los individuos de carne y hueso, con el doble objetivo de venderlos a un megalómano francés (Roberto Carnaghi) y, por otra parte, hundir en injurias a Viloni, cuyo clon realiza una suma de actos despreciables que provocarán su rápido desprestigio. En el argumento se pone de manifiesto la vieja cuestión del doble y el autómata, propia de un E.T.A. Hoffmann, que expone el aspecto siniestro del intento del hombre de generar vida (pues eso sólo está en manos de Dios) y la oposición entre materia y espíritu. Por supuesto, tanto en esta película como en Hoffmann, el espíritu logra superar la racionalidad de la ciencia que se arroga poderes divinos. También en 100% Lucha... existe un uso "benéfico" o "inofensivo" de la ciencia (los niños no saben de Karl Marx a esa edad...), el que utiliza la empresa donde trabaja Damián, presidida por quien interpreta Pablo Rago en una brevísima aparición. Esta empresa produce robots de sirvientes para que realicen las tareas domésticas del cliente. Si hay una crítica al capitalismo, propia de un modo de ver romántico, se encuentra muy velada, acorde a que se trata de un filme producido por Telefé.

Sin embargo, el hecho de que se trate de un producto televisivo llevado a la pantalla grande, no resta cualidades cinematográficas a esta obra (que de por sí tampoco es que sean demasiadas). En lo primero en que ésto se trasluce es que se trata de una película y no de una suerte de capítulo extendido, mostrando que la dirección de Paulo Soria y Pablo Pares se mueve hacia una dirección coherente. Esto también permite el uso de una estética vintage que excede el plano decorativo para articularse con el argumento y el propio programa de 100% Lucha, renovación espuria de Titanes en el Ring. En efecto, los anacronismos se justifican también para igualar la vida de estos personajes ya adultos, como La Masa o Viloni, con las vivencias infantiles, generando así una empatía aún mayor. A la vez, pone en el tapete el alma competidora de muchos niños y relaciones de rivalidad cotidianas, que al cobrar mayor dimensión en la vida adulta, se muestran como una germinación impropia para el niño en crecimiento. Otro detalle: lo que rodea al dinero, siempre es la vileza o la altanería. Incluso lo es la sabiduría académica, de hecho el perverso Damián es doctor en Biotecnología, mientras que Viloni apenas si puede hablar (se imaginarán que actuar puede mucho menos...), pero ama a los niños incondicionalmente y es paladín de una eticidad deportiva intachable.
En síntesis, esta producción es especial para fanáticos de 100% Lucha y su contenido quiere alcanzar una meta (¿moraleja?) alejada de patrones infantiles como Patito Feo o Casi ángeles (que yo llamaría más "Casi demonios"). Unas líneas más arriba sugerí que podía tratarse de una crítica al capitalismo, y no es así. Es más, puede ser que el desprecio por lo material (porque sí es una crítica al materialismo) derive en una aceptación de la situación económica presente. Esto es, preferible ser pobre y tener buen corazón a ser un rico malvado, egoísta y descorazonado. Tras esta norma moral casi innegable puede esconderse una ideología, y es ese el gusto amargo del anacronismo del héroe en 100% Lucha, el Amo de los clones. Sin embargo, no por ello deberíamos negarle a los niños este entretenimiento y mucho menos a los padres (o a los críticos), que se perderían las ceñidas ropas de Dallys Ferreira. Madres, abstenerse. ¡Es una película para hombres!



Hernán A. Manzi Leites