miércoles, 29 de abril de 2009

JARDINES EN OTOÑO

(Puntaje: 5)



Comedia del experimentado director Otar Iosseliani, nacido en 1934 en la Georgia soviética, quien comienza su carrera cinematográfica con el corto "Avril" en 1961. Co-producción de Francia, Italia y Rusia, Jardines en Otoño cuenta la historia de Vincent (Séverin Blanchet), ministro de gobierno que es despedido y reemplazado del gobierno por su pésimo desempeño o, mejor dicho, su pésima imagen. En su vida de desocupado, Vincent descubrirá "qué bello es vivir" junto a sus bohemios amigos, mujeres y su excéntrica madre.


Iosseliani intenta mostrar la banalidad de los cargos públicos y ciertos aspectos de la vida en Francia a través de delirantes imágenes y metáforas, elaboradas a través de cierta torsión de la verosimilitud de la realidad, o quizá posibles en la década menemista. Sin embargo, aquello que es su mayor virtud estética, es lo que quita al filme su asidero en una realidad que pretende ser penetrada. Seguramente, Iosseliani nunca tuvo una intención crítica demasiado fuerte y por ello se estancó en imágenes estetizantes, bien logradas, pero cuya banalidad tan francesa aflora por todos los poros.

La posibilidad para el espectador es la de disfrutar de estas escenas y la galería de personajes que atraviesan la película, bastante anacrónica (podemos pensar en un concepto del viejo París bohemio y de una pobreza entre idílica y reprensible) y, lo peor, bastante larga (115 minutos) como para ser antes que una "historia" más bien un "retrato". Al óleo, eso sí.
Hernán A. Manzi Leites

miércoles, 22 de abril de 2009

LA TIERRA

(Puntaje: 6)

Para el día de la Tierra (22 de abril), Disney decidió lanzar su nuevo proyecto: Disneynature. Se supone que intentan salvar la ecología y que ello sea un negocio redituable, algo que, sinceramente, dudo que pueda ser compatible.

El filme La Tierra es un documental, monumentalmente producido sobre cómo se desarrolla la vida en nuestro planeta a lo largo de un año. Por supuesto, no logra abarcar todas las especies, pero sí varias de ellas y bastante exóticas, de entre las cuales tres se destacan, la de los elefantes, los osos polares y las ballenas. O, mejor dicho, son ellas las más "antropomórficas" y las que nos tienen que conmover más que las otras.


Para los golpes de efecto Disneynature utiliza, como es normal, la música, que nos indica que el lobo y los leones son malos y apenas si menciona que ellos también necesitan comer y que esto puede servir para la armonía del ecosistema.


A pesar de que, como documental, es más efectista que científico (es interesante para niños, pero para niños que quieren ver a Bambi en acción), la película logra atraparnos y darnos unos paisajes espectaculares -más aún en pantalla grande-, por lo cual le daré mi provisorio visto bueno. También hay ciertos datos que nos parecerán curiosos y sobre los que querremos investigar ulteriormente.



En relación al "Día de la Tierra", creo que se trata no más que de otro día para lavarnos el cerebro sobre la situación económico política que nos afecta, ya que consideramos que si entre todos nos ponemos a juntar latitas, la Tierra no va a sufrir tanto. Disney se dirige al usuario (coincidentemente también su cliente) y no a las grandes empresas, que, como él y tantas otras, sostienen el sistema capitalista, amén de que aquello con lo que no quiere meterse, o meramente nombra por ética profesional -aunque no sea el caso de Earth-, resulta altamente más contaminante que una latita, dos, tres o mil. ¿Que insto porque no separemos el vidrio del papel y hagamos compost? En absoluto, pero por favor, mejor sería no consumir más coca cola, así se termina el problema de las latas. Total, ya van a ver que cuando nadie compre latas de la Coca Cola, ésta va a poner algún sistema ecológico de avant garde.




Hernán A. Manzi Leites

martes, 14 de abril de 2009

ENTRE LOS MUROS

(Puntaje: 8)

Entre los muros, dirigida por Laurent Cantet, es la historia de un profesor de literatura, François, en sus experiencias con un curso de secundario en una escuela de los suburbios de París. François es interpretado por François Bégadeau, también autor del libro homónimo sobre el cual la película está basada. Entre los muros sigue cierta tendencia naturalista contemporánea, para la cual Cantet usa un guión acorde a la espontaneidad de una clase actual, incluyendo la influencia de las mixturas culturales de Francia, previamente investigadas con esmero por Bégaudeau. De hecho, el casting fue realizado entre estudiantes reales, elegidos de escuelas públicas. No obstante, Cantet y Bégaudeau afirman que los adolescentes debieron adaptar sus personalidades al desafío de la actuación, lo que constituye una difícil tarea para quienes no son actores profesionales.
La diferenciua entre esta obra y otras descripciones de la juventud y la educación consiste en que Entre los muros se centra en la perspectiva institucional de la pedagogía y pretende ser más un retrato psicológico del profesor que de los estudiantes. El título Entre los muros puede explicarse no sólo porque el film se desarrolla dentro de los límites del edificio escolar, sino porque también la institución misma es concebida como un "corsét" que ata el accionar de cada uno de sus miembros a su particular estructura. Además, hay una dialéctica inherente a la institución entre el "afuera" y el "adentro", aunque la institución, y esta en especial, trata todo el tiempo de mantener a la escuela escindida de lo que sea que ocurra en el "mundo exterior". En relación con esto, hay una escena iluminadora, cuando los alumnos le reprochan a François el hecho de que les enseñe conjugaciones de verbos en francés que raramente ellos usan el lenguaje coloquial. Esto no debería sorprendernos: es una queja muy común hoy en día.
A pesar de ser un profesor bastante tradicional, François, contra viento y marea, se esfuerza por sostener un modelo de didáctica significativo, para el cual necesita hurgar en las mentes e historias privadas de los estudiantes. Entonces, François una suerte de método "socrático" con el fin de alentar el diálogo entre el alumno y el profesor y, a la vez, entre los estudiantes entre sí. El film, pues, habla sobre las posibles consecuencias inesperadas de este modo de comunicación y sus límites en el presente contexto institucional. Siendo una película francesa, Entre los muros no podía eludir la discusión acerca de lo "otros" de la sociedad. Aquí hay una coincidencia entre el típico "otro" de la institución -la familia del estudiante- y los "otros" de Francia como país -los inmigrantes. No sólo las técnicas de François son incapaces de sobrepasar las fronteras del entendimiento entre dos culturas diferentes (por ejemplo, cuando él entrevista a la madre de Boubacar), sino que tampoco puede hacerlo el la estructura institucional, que no se abre al mundo exterior. Y cuando dos interpretaciones distintas o conceptos existenciales chocan, es mucho más fácil negar lo extraño y expulsarlo. Podemos pensar que se trata de una transposición de Cantet hacia la política de inmigración de Francia. Quizá deberíamos comenzar a pensar a estos "otros" como una parte constituyente de la institución -escuela, país, etc.-, en lugar de tratar de mantener lo extraño alejado.
Para concluir, está claro que Cantet y Bégaudeau pueden abarcar una plurarlidad de temas sin que por ello la calidad cinematográfica de esta dramáticamente muy bien balanceada película disminuya. Sin duda, esta obra será recordada tanto por el público general como por pedagogos. Este fil, ganador de la Palma de Oro en Cannes, debería agregarse a nuestra lista de cine debate. Después de ver Entre los muros deberíamos empezar a reflexionar sobre si la mejor opción para un sistema educacional inclusivo es acaso derribar los muros o, directamente, dejar de pensar que ellos existen.


Hernán A. Manzi Leites

miércoles, 8 de abril de 2009

LA MONTAÑA EMBRUJADA

(Puntaje: 5)

Disney vuelve, justo para estas Pascuas, con un filme para jóvenes adolescentes sin mucho contenido cinematográfico, social o político (excepto porque dice que hay gente fanática que trabaja para el gobierno y no le importa la ciencia... pero es una crítica inofensiva, no se preocupen, grandes industriales -como la Disney, ¡ja!-), aunque con una capacidad de proporcionar entretenimiento del más vergonzante para los cinéfilos. Y sí, acción, un buen montaje, efectos especiales y la consabida pericia de la Disney de no darse demasiados vuelos con un guión que evidentemente es puramente comercial, lo pueden todo para pasar el rato. Se trata de un filme, empero, con todos los lugares comunes: gente linda, malos y buenos, final feliz.

El argumento gira en torno a un taxista, recio y astutuo que "levanta" a dos niños que resultan ser extraterrestres con poderes extraordinarios. Juntos emprenderán una aventura, en vistas de escaparse de la agencia especial del gobierno de los EEUU que tiene su nave espacial y quiere examinarlos, y de un asesino a sueldo espacial. Todo esto en el desierto y el loco ambiente de Las Vegas.

Una detalle más para los padres: la película usa violencia todo el tiempo, esto es, armas y mortíferas intenciones. Sin embargo, y este es un interesante punto de análisis de este y muchos filmes, no hay una gota de sangre. Hasta parecería que las balas no hacen nada.

Hernán A. Manzi Leites

domingo, 5 de abril de 2009

CASTRO (Bafici 2009)

(** Regular)

Director: Alejo Moguillansky

El desenfreno de una persecución ridícula hacia Castro -no el de Bahía de Cochinos, sino un tipo casi común- mezcla metáfora citadina con coreografía, pero no logra sostener una historia que verdaderamente atrape al espectador. La velocidad, característica del filme, cansa bastante y ha veces con un objetivo, como se dijo, meramente coreográfico.
Moguillansky, también guionista, corta los hilos que pueden darle algún sentido explicitable a toda esa locura y sólo se obtiene una hora y media de idas y venidas, donde hablar de "intriga", "thriller" y "comedia" es demasiado para un filme que se negó a ser alguna cosa o, mejor dicho, a decidirse. Así, la perspectiva que nos queda es más que nada estetizante y las metáforas sobre la realidad son o bien inexistentes o bien simple reflejo de la música del piano.
Las reminiscencias a Nueve Reinas parecen encauzar la acción por ciertos caminos, pero el intento de mostrar esa fugacidad termina sólo en algunas escenas interesantes, como el baile de los autos, pero sin mucho sentido.
Esperemos que Moguillansky, nacido en 1978, efectúe las variaciones que le permitan exponer sus ideas con la pertinencia necesaria para acoger a un público en un largometraje, ya que aquí la materia de trabajo parecería poder encuadrar mejor en un corto o mediometraje. Padrinos no le faltan. Castro fue producida por Mariano Llinás.

Hernán A. Manzi Leites

sábado, 4 de abril de 2009

FILMEFOBIA (Bafici 2009)

(*** Buena)

Director: Kiko Goifman

Falso documental sobre un excéntrico director que quiere mostrar las fobias de la gente en su momento álgido y para ello emplea extraños aparatos -se llevan los laureles- para someter a las voluntarias víctimas a sus miedos declarados.
Una buena labor de montaje logra evidenciar las diversas "capas" de la película, aunque este aspecto positivo se diluye en los múltiples sentidos que son dados a conocer al espectador. En otras palabras, se deja al desnudo algo del cine que no es usualmente revelado y los efectos que podrían generarse en el público -a saber, la transmisión del miedo- no logran conseguirse, probablemente por el mismo juego dialéctico que el director, de origen brasileño, pretende crear.
Un filme para mirar con reservas.

Hernán A. Manzi Leites

miércoles, 1 de abril de 2009

BONUS TRACK (Bafici 2009)

(***** Excelente)

Director: Raúl Perrone

Un grupo de skaters adolescentes recorren en sus tablas las calles del Oeste del conurbano bonaerense. El éxito de este filme, además de la mano mágica de Perrone para la fotografía, consiste en ser una suerte de ficción documental. Los jóvenes que participan del filme son skaters de Ituzaingó de pura cepa y el director los filma con un guión que los revela en actitudes cotidianas, las cuales son completamente accesibles al espectador, en especial para la juventud que hoy en día ve esas escenas con nostalgia, comprensión e identificación.
La mayor parte de la película se desarrolla en un cine abandonado al cual los protagonistas asisten. Allí se plantean los nudos del argumento, cuyo desenlace sigue los derroteros de los sentimientos humanos, tan vívidos, tan al alcance de la mano y, a la vez, encerrados en angostos laberintos.

El High Definition (HD) es un acierto para la estética propuesta por Perrone en este filme, y a ésto se suma la ya alabada fotografía y el sonido directo, todo lo cual actúa a favor de este hiperrealismo, no pueril ni megalómano, sino delicadamente logrado (¡al fin con un sentido!).

Perrone nos deja con una película única, cuya parsimonia no resulta redundante (como en Liverpool u Honor de Cavalleria) sino que ayuda a una descripción general de toda una gama de sentimientos, que van más allá del mero sentimentalismo romántico, tocando tópicos de la realidad que nos conmueve.
Bonus Track es una lectura que nos demuestra cómo el devenir de nuestras almas puede contra toda la ficción que, paradójicamente, se alza para echarnos esta realidad en la cara.

Hernán A. Manzi Leites