lunes, 14 de septiembre de 2009

"Papá cometió hybris", dirección Claudio Mattos y Virginia Mihura

(Puntaje: 6)

Nota 09/10/09: la obra ha cambiado de sala. Al final, he escrito la nueva dirección (Espacio Polonia).


Hybris es una palabra griega que signifca lo contrario a la naturaleza, physis. La naturaleza es, para los antiguos griegos, armonía y está regida por el logos como principio racional. La hybris es, por lo tanto, irracional, en otras palabras: contra-natura.

Esta obra, escrita y dirigida (junto a Virginia Mihura) por Claudio Mattos (quien, además, interpreta el papel de Alejo), retoma algo de la tragedia griega, las relaciones incestuosas alla Edipo para realizar un trabajo que, a mi entender, pasa más bien por la ciencia ficción. No obstante, los fanáticos de este género (hermoso para ver en teatro) se sentirán algo decepcionados, ni hablar de los seguidores de Esquilo. Quizá por ello el autor hable más bien de lo "fantástico" que de ciencia ficción. Aún no agotamos las diferentes posibilidades de clasificar esta obra, pero hay algo que queda claro al espectador cuando sale de la sala: Claudio Mattos cometió hybris.
La puesta, que permanece siempre idéntica, nos muestra una sala de una casa de Banfield, repleta de elementos de vieja tecnología y trastos arruinados. El eje argumental, que podamos proveer será aquí más bien una interpretación para guiar al espectador, aún forzando una estructura argumentativa lineal de la que la obra carece. Hay dos tópicos llamativos en Papá cometió hybris y estos son las paradojas del mundo capitalista vistas desde la clase media/baja con voluntad de ascender en la escala social, y las oscuras relaciones familiares, propias de la tragedia griega. En relación con lo primero, la locación en la Zona Sur del conurbano de la capital argentina, en Banfield, es recurrente para la caracterización de la clase media trabajadora, ligada en gran medida a las fábricas. Ya vimos esto con Made in Lanús. Así es como el personaje de Marcos (Julián Smud), exhalará toda su perversión para comprobar la tesis de su difunto padre (representado en una suerte de conservadora en una esquina de la sala), elaborada dentro del proyecto Ciencia Casera Latinoamericana, para lo cual experimentará con su hermano Lucio (Ezequiel Gelbaum), a quien su padre habría hecho eunuco, y con Ivana (Clarisa Hernández), a quien cree su prima. El personaje que lleva a cargo el análisis político es, precisamente, Marcos, y a través de él nos situamos en un mundo temporalmente posterior al nuestro, pero no demasiado distante, en el que los grandes potentados han perdido su capacidad de olvidarse de las preocupaciones consumiendo millonadas de productos, y han tomado a su cargo, como relax, el pico y la pala. Marcos deja entrever que si su tesis -ligada al control de las mentes a nivel social- llega a ser comprobada, él logrará convertirse en un hombre rico, evidenciando la voluntad de disfrutar de aquello que a los pobres y la clase media les es vedado: el disfrute de la orgía capitalista. Sin embargo, aún faltaba un eslabón, el otro hermano, Alejo (Claudio Mattos), quien es atraido mediante ardides publicitarios a la casa de Banfield. Su vida "formal y cortés" contrasta, en principio, con la patología de Marcos, Lucio e Ivana, pero con Alejo arribará Erica (Silvina Ganger), que se comportará como una disrupción en el seno del enfermizo círculo familiar.
En efecto, uno puede detectar muchas temáticas interesantes en Papá cometió hybris, y fue la voluntad del autor que el argumento no siguiera un desarrollo demasiado lineal, o mejor dicho, demasiado claro, con el fin de permitir al espectador privilegiar un tópico por sobre otros. Sin embargo, esto hacer correr grandes riesgos a la obra. Uno es la confusión excesiva del espectador, que recibe una obra cuyo inicio parece muy desligado de la propuesta inicial. Otro, el más grave, es que, precisamente, los temas tratados permanecen en un alto nivel de superficialidad; son, sencillamente, tópicos. Esto implica que la toma de postura del escritor sea casi nula y sumado a la mixtura de géneros y los anacronismos empleados, su visión aparentemente política se desdibuja en aras de la estética de su obra.
Cabe destacar, no obstante, el trabajo, en cuanto tal, de los jóvenes actores que participan (y hacen la obra). Probablemente dependa de esta juventud la existencia de obras de teatro con formato y financiación independiente. Hubiera sido mi deseo, que Mattos desarrollara más el género de la ciencia ficción y brindara alguna reflexión más profunda... del helenismo o del marxismo.


Para quien le interese continuar discutiendo esta obra (¡por este medio también!), pueden asistir a las funciones en:
ESPACIO POLONIA
Fitz Roy 1477 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Reservas por mail: poloniateatro@yahoo.com
Tel: 3965-9549
Entradas: $20 (descuento estudiantes y jubilados, $15)

Hernán A. Manzi Leites

No hay comentarios: