jueves, 16 de julio de 2009
100% LUCHA, EL AMO DE LOS CLONES
martes, 14 de julio de 2009
KATYN
martes, 7 de julio de 2009
LA ZONA
En efecto, mundos íntimos, familiares, barriales, sociales... según como uno quiera ir ampliando los horizontes culturales, existen infinitos e inconmensurables entre sí. Pero la comunidad de un Estado debe mantener bajo su manto todas esas diferencias; de allí que los sujetos que no las soportan se escapen, cada uno a su modo. Los barrios privados fueron un modo en que cierta fracción del pueblo (e incluso tampoco se trata siempre de gente demasiado adinerada) decidió comprar la tranquilidad de tener todo al alcance de la mano, sin correr los peligros de la inseguridad, que se asimilaron a los de la calle pública. En cierto sentido, esto es correcto: sólo donde hay un espacio de libertad puede el crimen ser efectuado. Sin embargo, encerrarse para la protección propia no sólo aumenta la visibilidad de los individuos encerrados, sino que genera un rencor mayor respecto a quienes se encuentran fuera, porque esa posibilidad les es vedada por su condición socioeconómica. Y no nos olvidemos de lo más importante: los habitantes del barrio privado obtienen su protección precisamente del hecho de que hay ciertos individuos, a los que consideran potenciales criminales, que no pueden acceder a esa condición. Porque la ley de la selva se rige por la fuerza o astucia personal; la ley del barrio cerrado se rige por la liquidez económica.
miércoles, 1 de julio de 2009
RETURN TO BOLIVIA
Bolivia ha sido uno de los destinos turísticos más visitados por los jóvenes en los últimos tiempos, aquellos que pueden resistir (o no) la altura de la Puna boliviana. Argentina ha sido, por su parte, ya desde comienzos de siglo, un receptáculo para inmigrantes extranjeros, entre ellos los bolivianos, que podemos encontrar trabajando en muchos rubros, uno de los cuales es la venta de fruta y verdura. El boliviano verdulero de la esquina. Y así fue como Marina Boolls y el director Mariano Raffo conocieron a Janeth y David, junto con sus tres hijos, Jhoselyn, Camila y Brian. Puedo comprender qué es lo que les dio curiosidad acerca de esta familia, ya que yo mismo me he sentido sorprendido frente a su cultura (no sólo por mi efímero conocimiento histórico de Bolivia y mis días en Potosí - que quizá delaten mi edad). Mi diferencia con Raffo es que yo no hago cine, y él intentó acercarse a esta familia mediante la realización de un documental.
Surge, por supuesto, el problema de casi todo documental e investigación antropológica (con la cual esta obra firmemente linda), la presencia del "extraño" en el grupo observado. Si se mira Return to Bolivia desde este punto, algunas escenas resultan bastante cómicas, por ejemplo, cuando uno piensa que en un remis desde Oruro a un campo alejado de la zona, no son cinco los que viajan, sino ocho, contando al conductor. El director mismo planteó como un problema la interevención de los documentaristas en el muy planificado viaje. Por eso, las secciones bolivianas del documental tienen algo de "natural". A veces, podrá parecernos escueto. Pero el trabajo de Raffo y su equipo debe ser destacado, por la buena - y larga - labor y la posibilidad que ahora tiene el público argentino de acercarse a la cultura boliviana desde el cine comercial.