jueves, 12 de marzo de 2009

LOCA POR LAS COMPRAS

(Puntaje: 1)

Siempre, durante las crisis, el cine ha mostrado el costado más lujoso que podía, como sucedió con Gran Hotel hace casi ochenta años (uf, cómo pasa el tiempo). En la Argentina podemos verlo con la serie Los Exitosos Pells y ahora, traido desde los EEUU, con Loca por las compras.

El filme, protagonizado por Isla Fisher, versa sobre una joven columnista, en su caso casi como el equivalente de una "notera" de la tele, que sueña con trabajar en Alette, exclusiva revista de modas, pero que tiene que conformarse con trabajar en una revista de jardinería para conseguir un salario. El problema es que la empobrecida y vulgar Princesa Diana, es adicta a las compras ("shopaholic") y a su modesto sueldo debe adicionar muchas tarjetas de crédito que luego no tiene con qué pagar. Ante la quiebra de la revista de jardinería, su situación es acuciante y decide probar suerte en Alette y terminará casi casi en los brazos de un inteligente galán, editor de una publicación de finanzas.
Este filme, que podemos ligar a El diablo viste a la moda y a Legalmente Rubia (la chica no sólo es adicta a las compras sino también bastante tonta) no puede, con los elementos de los que dispone -una extraña adicción, cierto mal gusto de la protagonista y, sin duda, presupuesto-, llegar a buen puerto debido a una desacertada dirección de P.J. Hogan y la escasa originalidad de los guionistas.
Realizar una comedia es una cosa seria, y aquí las situaciones carecen de todo dramatismo. Por ejemplo, no parece haber mucho problema con las deudas de la protagonista; son meramente un móvil. Las escenas carecen de profundidad y parece que se hubieran puesto a rodar el guión y ya. Además, posee todos los lugares comunes de las comedias románticas que, por supuesto, pueden estar presentes pero cuando la película está concienzudamente planteada. Al menos quiero creer que Loca por las compras es exclusivamente comercial.
Lo peor de todo es que tampoco resulta tan entretenida, sólo un par de risas de slapstick debido a las poca masa encefálica de la protagonista, quien jamás de los jamases podría haber terminado una carrera como la legalmente rubia de Reese Witherspoon, filme donde sí se demuestra un buen manejo de la comedia.
Mi sugerencia: comprarse Alette y no pagar la entrada.

Hernán A. Manzi Leites

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