lunes, 31 de marzo de 2008

EL DIARIO DE LOS MUERTOS

(Puntaje: 8)


Lo bueno de que haya salido una película como esta es el contraste que efectúa con, ya que estamos, dos películas que están o recientemente estuvieron en cartel, Corresponsales en peligro y Cloverfield. En las dos se intenta mostrar el heroísmo de sostener una cámara para informar al mundo de una tragedia, algo que supongo casi nadie intentaría hacer. En ambos casos, el primero, corresponsales de guerra, y en el segundo, unos jóvenes, la cámara toma la posición del panóptico mundial. Y el problema es que, precisamente, es un panóptico aparente, porque nos da sólo una visión, pero la única que podemos obtener, de la guerra o el monstruo.


En El diario de los muertos, se produce una ridiculización de este afán totalizador de los medios, en los cuales cabe incluir el cine, que ha pasado de querer mostrarlo todo con un narrador omnisciente, a querer mostrarlo todo también, aunque encubierto en la máscara de la unidireccionalidad de la cámara. ¿Lo que nos muestra la cámara es todo lo que hay para ver? Nunca, eso es imposible. Sólo que los medios se vuelven tanto nuestro ojo, que ya creemos que esto es así, y eliminamos nuestra propia visión. Esto lo muestra en su película Romero con el personaje de Jason, que nunca se saca la cámara de la cara, y sólo vemos su cara deformada por la cara, tapada por las sombras... ¿Quién está detrás de la cámara? ¿Es el narrador de los hechos? ¿Cuánto influye el montaje? Todos estos interrogantes están planteados en el filme, claramente, diáfano quizá hasta el exceso.



¿Y qué hay de los zombies, lo otro además de la cámara? Usualmente, en el género, no existe una causa para la aparición de los mismos. De repente, el último verano, y comenzó la aventura monstruosa. Esta estructura es buena como plataforma para una crítica social: determinar el origen no es el punto crucial, sino remediar el mal. Que el origen pueda iluminar un poco la búsqueda de una respuesta es otra cosa. Además, los zombies son personas que deambulan sin sentido alguno, sólo automantenerse mediante el consumo de buenas dosis de carne viva humana. El capitalismo es el verdadero lobo del hombre. ¿Qué sucedería si los zombies se atacaran entre ellos? Irrelevante sería responder a ésto. Los zombies son personas que ya están en el sistema de los muertos vivos, los otros, nosotros, aún podemos darles batalla... un mensaje de esperanza... y de pesimismo también. Vean cómo se produce la primera muerte en El Diario... y cómo los protagonistas piensan constantemente que es mejor estar muerto y vivo que vivo. Al menos, los hombres de ultratumba tienen una organización y un objetivo en común, un ser-en-la-muerte-para-el-mundo poco interesante, pero efectivo y vital (oops, qué difícil que es esto). Se trata de la comodidad del sistema, un sistema que se funda en la tensión y que, como tal, no es un sistema autosuficiente. Por ello, cuando la cámara muere, mueren los zombies y aparece el marxismo. Toda época con sus respectivos modos y medios de producción contiene la semilla de su propia destrucción. La muerte de "lo que ve" es la muerte de "lo visto", vieja alegoría del sol platónica. Jason, el ojo del mundo, es quien mantiene vivos a los zombies. Terrorífico, aunque, por otro lado, la única manera de luchar contra el sistema que, en el caso de los zombies literalmente, se nos viene encima, es la conciencia de clase. Está bien, sé que en la lucha es cuando surge ¿Pero realmente luchaban los amigos de Jason o sólo se escapaban? Ser un zombie a veces conviene, uno no ve a su madre comiéndose a tu padre, sino que sencillamente actúa y vive. "Oh, ¿seguiré fiel a mí mismo, escapándome o continuaré el imposible combate?". Romero no nos lo contesta. No me molesta tanto esta actitud. Ahora bien, el hecho de que el combate sea imposible es un problema para el planteamiento de estas temáticas de crítica social a nivel macro(económico) en estas películas. Antes, al monstruo se lo derrotaba, ahora es imposible. Somos espectadores pasivos de la destrucción. ¿Qué tipo de cine debería hacerse para que sin palabras heroicas uno salga al ataque? ¿Un filme cuyos contenidos reflejen la realidad dura? ¡Ya son ideología! El cine no puede establecer una guerra contra el sistema. Es el sistema, somos nosotros viendo la cruda realidad a través de la grabación de Jason, que sólo muestra el círculo de la Derrota de los humanos y los zombies. La muerte de la muerte es una película dentro de una película y no puede salirse del sistema jamás; meramente puede, quizá, minarlo desde el interior, debilitarlo mostrando falencias. En conclusión, la película tiene dos finales posibles: cuando la cámara se apaga (y el sistema nos ha chupado nuevamente) o cuando un zombie se levante de la butaca cercana.

"¡Pedro, qué asco, llenaste todo el pochoclo de gusanos!"

Hernán A. Manzi Leites

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