martes, 17 de enero de 2012

MIENTRAS DUERMES

(Puntaje: 7)



Vivir en un edificio de departamentos difiere mucho de lo que es vivir en una casa. Para algunos, la comunidad que generan los edificios provee el beneficio de la seguridad y asistencia mutua, y eso basta para dejar de lado la molestia que podría resultar la más acotada privacidad del cotidiano cruzarse con el vecino. Pero, como todo, uno termina acostumbrándose y aprovechando las virtudes de la convivencia, más aun si puede cargar los propios problemas en las espaldas otros, por ejemplo, en el portero de confianza.
César (Luis Tosar) parece tener la suerte de ser querido por toda la vecindad del edificio y no llega a convencernos, en un principio, de que el tedio de la cotidianidad de sus labores pudiera llegar a deprimirlo en grado sumo. Todos los días, saluda a los niños que van al colegio, a la señora que quiere a sus perritos y, en particular, a la jovial y bella Clara (Marta Etura), con quien establecerá una relación absolutamente especial. El vínculo enfermo que César deliberadamente establece con la joven carece de explicación aparente y en esta vacuidad de la intención yace el secreto placer del administrador.
En Mientras duermes el público se reencuentra con Jaume Balagueró, el director de [REC], de quien se espera bastante como "maestro" in nuce del género thriller/terror, en un momento en el que España se esfuerza en destacarse en el género. Sin duda, el expertise del cineasta no defrauda, a pesar de que debe remontar el argumento en ciertas ocasiones: error o virtud, la última termina ganando. El sello de Balagueró también se trasluce en los items que aborda como la malicia, los códigos intracomunitarios y los espacios cerrados. La carencia de escenas por fuera del edificio opera como metáfora de los ahogados sentimientos del frustrado protagonista y de los co-habitantes del lugar, además de brindar al espectador el disfrutable encierro del thriller y un final con la dosis de perversión adecuada.
Ahora bien, ciertos (y sólo ciertos) puritanos criticarán el clásico punto de vista de empatía con el malvado del film. ¡Hay que aprovecharlo mientras se puede antes de caer preso! Y otros puritanos del género (puritanos del género todos) exigirán más sangre, tripas y maquillaje FX. No se les presentará la oportunidad de gozar demasiado de estos elementos cinematográficos en Mientras duermes, lo que constituye un beneficio veraniego para la sequía de buenas películas de suspenso, sin mucha intelectualidad y con presencia reducida de geeks en la sala. El verdadero arte popular sin marxismo.


Hernán A. Manzi Leites.

1 comentario:

QueCineMirar dijo...

Si bien “Mientras Duermes” tiene algo de voyeurismo, el hilo conductor que va creando la relación entre Cesar, un conserje solitario, y Clara, la habitante del 5º “A”, no se basa en la obsesión de tipo sexual, sino en una obsesión que une a este infeliz cuarentón con todo aquél que demuestre un poco de alegría y optimismo en su edificio. La siniestra manipulación de un psicópata se combina perfectamente con el punto de vista del victimario que adopta Balagueró, haciendo recordar algo al estilo de suspenso hitchconiano, aquél que busca siempre empatar al espectador con la víctima de la historia. El suspenso de la segunda mitad de la película logra una atmósfera de elevada tensión y alta velocidad, algo que escasea en estos últimos tiempos, sobre todo cuando, como es en este caso, se evita caer en los clichés del cine de terror/suspenso. www.quecinemirar.blogspot.com