miércoles, 14 de mayo de 2008

LOS FALSIFICADORES

(Puntaje: 5)

Traer situaciones históricas mediana o ampliamente desconocidas a la pantalla, siempre es un recurso efectista, más cuando se trata de algo que se supone debería moralmente conmovernos. Nuevamente, en este filme de Ruzowitzky, sufriremos viendo a alemanes (porque los judíos son alemanes también, además que de por sí murieron millones de alemanes no judíos y no nazis) morir en manos de otros alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, y veremos banderías de buenos/malos, todos somos humanos, qué vivos que somos, qué tontos, qué genios, etc, etc.. El protagonista, Sorowitz, un excelente falsificador judío, será atrapado por sus crímenes (¡falsificar es un delito!) y llevado a un campo de concentración donde trabajará para los nazi en la falsificación de enormes cantidades de libras esterlinas y dólares. En suma, financiará a la guerra de Alemania y a los jerarcas, junto a un grupo de compañeros (cada uno con su particular personalidad), todos obligados a trabajar en este proyecto, so pena de tortura y muerte en las duchas.
Lamentablemente, Die Fälscher no aporta mucho más que una historia personal (la de Sorowitz) de heroísmo judaico y hombría absurda. Sorowitz es el equilibrio, el equilibrio entre lo criminal y lo éticamente admisible, entre la hipocresía y la solidaridad... un ejemplo de astucia que roba cual embudo el resto de las personalidades. "EL" falsificador debería haberse denominado a esta película. Que sean varios, es intrascendente. El hecho histórico no irradia desde la historia personal de Salomon Sorowitz, sino que es cargado por completo en sus espaldas. Que el plan de los nazis preexistiera a su llegada, no importa: él fue quien lo hizo madurar.

Un jirón de historia teñido de absolutismos judaicos, nazis, ingleses, yanquis. Los falsificadores no muestra ninguna actitud ejemplar. Muestra la devastadora situación del capitalismo asesino. Siempre traerá algún héroe en su rescate que diga "lo hice para sobrevivir", "es natural", justificación más animal que racional. En el caso de Sorowitz, sabemos que la falsificación de dinero le había hecho sobrevivir antes. Aquí se levanta a un héroe que pueda ser admirado, que pueda juntar en su persona las almas de los millones muertos o el espíritu de un pueblo, o al menos así parece ¿Para qué sirven millones si con uno sólo que nos represente basta?

Otra película completamente inútil e ideológicamente poderosa (por eso, peligrosa).

Hernán A. Manzi Leites

1 comentario:

Anónimo dijo...

se ve que no te interesa mucho la condicion humana. Esta pelicula tiene una gran virtud: recordarnos que el hombre oscila entre su mundo cercano (la cama, la comida. la sobreviviencia) y sus ideales. No me parecio para nada una pelicula inutil. Ademas de bien hecha.