sábado, 17 de noviembre de 2007

GONE BABY GONE ("Desapareció una noche")

(Puntaje: 4)
A esta película le vinieron como anillo al dedo los sucesos dramáticos que ocurrieron con la desaparición de la nena inglesa, Madelaine, durante unas vacaciones en Portugal. Con respecto a ello debo decir que muchas veces la realidad supera a la ficción y, en este caso, lo hizo ampliamente. Esta película no satisfará los deseos de intriga policial con que venimos bastante cargados. Hay similitudes, es innegable. Pero me quedo con el noticiero.
No resulta para nada extraño que un thriller producido por Miramax y escrito y dirigido por Ben Affleck no pueda tratar temas de la realidad cotidiana sin agregarle algún elemento de recalcitrante moral, saquen ustedes las conclusiones que el corazón les dicte, un par de tiros y sanseacabó. Si esto no basta para convencerlos, sigan leyendo.

El argumento estriba en la desaparición de una nenita que por la noche fue repentinamente secuestrada y la consecuente búsqueda que emprende la policía (liderada por un Morgan Freeman en el papel de Morgan Freeman) y unos detectives privados muy jóvenes, aniñados diría, romántica pareja cuyo falo es Casey Affleck. Los missing people detectives serán ayudados por otra pareja, no homosexual, no, sino de dos policías amigos, un gordo super entrenado y don Ed Harris, quien es el que mejor está en su papel (¡qué horror si todos estuvieran mal!). La madre de la nena: drogadicta y sucia. La tía de la nena: un corazón de oro que recurrió a cualquier cosa para encontrar a su sobrina (fíjense que recurrió a Casey Affleck). Los hombres de la casa, uno, un bigotudo hermano de la drogadicta (y esposo de la desesperada tía), y después están los merodeantes machos de la madre de la nena, que, para ser franco, no están en casa nunca, sino vendiendo droga y robándole a sus jefes. ¡Qué feo hogar que tenía esta nena!
Aunque un antro como este tiene bastante ya que dar de por sí, la película no termina con la historia de la nena secuestrada. Se ven algunos pervertidos más y algo de sangre.
Con respecto a la "resolución" del nudo argumental, el espectador no tiene por qué preocuparse. Ben Affleck nos obliga a quedarnos sentados hasta que los personajes digan: bueno, ahora apareció esto, y luego esto, y después lo otro. "Ah, mirá vos", sería el comentario de cualquiera. Con esto quiero decir, para ser más claro, ¡que no es un buen thriller!. Dije thriller porque policial lo es mucho menos, pero por qué no... policial. ¿O drama? (Qué astuto este Ben Affleck, hizo un filme fuera de todo género) . Uno continúa sentado porque pagó la entrada y no, precisamente, porque la trama sea atrapante y uno esté buscando a la nenita y devanándose los sesos para desenmascarar a los secuestradores.
Otro detalle bastante notorio de la película, en particular al comienzo, es la gente fea. Ben Affleck quiso reflejar cómo es un rioba de EEUU, y bueno, es un rioba, la gente es imperfecta, no se maquilla o se maquilla de más, tiene tajos en la cara, arrugas de tanto smog y un pasado oscurísimoooooo que deja sus marcas por todas partes. Al único que no le afectó el aire arrabalero de los suburbios fue a Casey Affleck, el protagonista, y un poco menos a su mujer, ya medio baqueteada (¿no se dan cuenta que esos papeles están escritos para Sandra Bullock?). Si toda esta tarea de casting y make up se debe a una metáfora gente de corazón puro vs. gente rara, no quiero ni enterarme. Si no es por esto, es algo notorio, te lo marco Ben.

¿Qué decir del contenido ético de la película? En lo personal, creo que es de una calidad ínfima, no guts. A nadie le gusta que los chicos sufran, excepto a los que les gusta hacerlos sufrir... ¿la ley? Ya se sabe que lo que la ley dice no siempre es "lo mejor", pero dura lex sed lex.
Sin embargo, creo que al menos tiene la delicadeza de dejarnos pensando sobre un tema en particular. Una vez que hayamos tomado posición se terminó la película para nuestra existencia. Tampoco es que sea demasiado importante tomar posición sobre el tema que cual la película propone (o nos lanza burdamente).

¿Qué decir pues de Gone Baby Gone? Estructura unida con bisagras, ganchos de carnicero y nudos marineros para hacernos creer que es un policial y que hay algo por resolver; situaciones bastante poco creíbles; actuaciones discretísimas; y un "apto para mayores de 16 años" que se debe sólo a la exposición de droga, sangre y gente fea o muerta. Quizá si Ben Affleck hubiera hecho de su obra algo más "Disney", hubiera dado en el blanco. Así como está, es una criatura híbrida como esas que construíamos con muñecos cuando niños, de las que ni se podían parar por tener una pelota de tenis encanghada a la capa. En suma, una Bella Durmiente ultrajada en el callejón.


Hernán A. Manzi Leites

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustó la crítica de Café Lumière.
En un sentido me pareció que el film era el resultado de las grabaciones que hacía el novio de Yoko. "Tal vez algún día alguien haga algo con ésto", dijo. Felicitaciones!