martes, 16 de septiembre de 2008

NUEVO MUNDO

(Puntaje: 6)

Nuevo Mundo. Lo desconocido y, además, América. Quizá alguien se aventuraría a decir que no sólo "América" sino "America", como mundo más nuevo aún de lo que podría hallarse por debajo de los Estados Unidos. Que esto sea así es una pena; parecería que los yanquis hubieran perdido a sus pueblos originarios y que a los latinoamericanos nos identifican con la barbarie azteca-ona. De todos modos, lo cierto es que el director no nos presenta a los protagonistas muy lejos de esta posición "barbárica", aunque fueran oriundos de la Italia más viejomundista. Por esto mismo, creo que cuando Emanuele Crialese llama a su obra Nuovomondo trata de realizar una crítica al mundo nuevo/moderno/tecnocientífico, pero lo logra a costa de presentar una visión folclórica (casi de buen salvaje) de los sicilianos inmigrantes. El mundo nuevo es el mismo que los sume en la pobreza tanto en Europa como en América. Por eso convendrá decir, mejor, que nuevo mundo es lo desconocido.

A principios del siglo XX, una familia de sicilianos decide probar suerte en America (sí, sin tilde) y abandona su prehistórico entorno para cruzar el Atlántico con una multitud de pobres e ilusionados. Al comienzo del filme se encuentran quizá los mayores aciertos del director, que parece querer asemejar lo viejo con lo virgen. Lo nuevo sólo es nuevo en relación, por la nominodominancia del conquistador (el capitalista, el adelantado, el guerrero triunfante), y ésto al menos es planteado como una posible lectura para el espectador. Lamentablemente, en el transcurso del largometraje y en su parte final (la llegada a America) esta visión se diluye en un simplismo didáctico. Los yanquis, prejuzgan con su ciencia, su tecnología y su poder. Se creen más y no lo son. Hasta ahí puede llegar la crítica política de Crialese con su guión y su régie.
Sin embargo, el personaje de Lucy Reed (Charlotte Gainsbourg) hace que este clasicismo gane dinamismo. Lucy es una dama inglesa que viaja con todos los sicilianos en tercera clase y se relaciona muy especialmente con Salvatore (Vincenzo Amato), el jefe de la familia protagónica y su madre, la anticuada y testaruda Doña Fortunata (Aurora Quatrocchi). El objetivo de Crialese fue sin duda dinamizar y poner en cuestión la relación nuevo/viejo ya desde la subida al barco.
Otro aspecto positivo es el interés que puede tener a nivel didáctico, particularmente por el grado de explicitiación que tiene el filme respecto a las posturas eugenésicas y lombrosianas del positivismo de principio de siglo XX, que relacionan los defectos físicos con los males morales y sociales. Ya de por sí, los defectos son defectos para unos y no para otros (Ruth Benedict se explayaría sobre esto). Sin embargo, podríamos preguntarnos hasta qué punto esta película no es "políticamente correcta" y eurocéntrica (de esto último pueden estar seguros).

De todos modos, es innegable la destreza artística del director (o la del director de arte) que puede reproducir un viaje que desde la mente del protagonista se vislumbra como fantástico, sin dejar de aportar elementos que la historia ha descrito como reales. Empero, el foco está en la vida de sus personajes y su papel de relato histórico se subordina a éstas. Ésto finalmente culmina en una definición de mundo: el mundo es la experiencia, pero sólo se desemboza como tal cuando se sale de su cotidianidad.
El Nuevo Mundo, para Crialese, no es America.


Hernán A. Manzi Leites

No hay comentarios: