Hola, quería avisarles que este sábado 26 de septiembre del 2009 van a pasar Inland Empire (Imperio) de David Lynch en canal 7, la Televisión Pública, dentro del ciclo de cine de los sábados, por cierto el mejor de la televisión de aire, llamado "Versión Original".
La película fue una de las primeras criticadas en este blog, y todavía está colgada, busquen, si quieren, en septiembre del 2007.
¡Recién me doy cuenta que este blog ya tiene dos años!
¡Miren la película!
¡Saludos, lectores y aunque sea este sábado, televisores!
Hernán.
sábado, 26 de septiembre de 2009
lunes, 14 de septiembre de 2009
"Papá cometió hybris", dirección Claudio Mattos y Virginia Mihura
(Puntaje: 6)
Nota 09/10/09: la obra ha cambiado de sala. Al final, he escrito la nueva dirección (Espacio Polonia).
Nota 09/10/09: la obra ha cambiado de sala. Al final, he escrito la nueva dirección (Espacio Polonia).
Hybris es una palabra griega que signifca lo contrario a la naturaleza, physis. La naturaleza es, para los antiguos griegos, armonía y está regida por el logos como principio racional. La hybris es, por lo tanto, irracional, en otras palabras: contra-natura.
Esta obra, escrita y dirigida (junto a Virginia Mihura) por Claudio Mattos (quien, además, interpreta el papel de Alejo), retoma algo de la tragedia griega, las relaciones incestuosas alla Edipo para realizar un trabajo que, a mi entender, pasa más bien por la ciencia ficción. No obstante, los fanáticos de este género (hermoso para ver en teatro) se sentirán algo decepcionados, ni hablar de los seguidores de Esquilo. Quizá por ello el autor hable más bien de lo "fantástico" que de ciencia ficción. Aún no agotamos las diferentes posibilidades de clasificar esta obra, pero hay algo que queda claro al espectador cuando sale de la sala: Claudio Mattos cometió hybris.
La puesta, que permanece siempre idéntica, nos muestra una sala de una casa de Banfield, repleta de elementos de vieja tecnología y trastos arruinados. El eje argumental, que podamos proveer será aquí más bien una interpretación para guiar al espectador, aún forzando una estructura argumentativa lineal de la que la obra carece. Hay dos tópicos llamativos en Papá cometió hybris y estos son las paradojas del mundo capitalista vistas desde la clase media/baja con voluntad de ascender en la escala social, y las oscuras relaciones familiares, propias de la tragedia griega. En relación con lo primero, la locación en la Zona Sur del conurbano de la capital argentina, en Banfield, es recurrente para la caracterización de la clase media trabajadora, ligada en gran medida a las fábricas. Ya vimos esto con Made in Lanús. Así es como el personaje de Marcos (Julián Smud), exhalará toda su perversión para comprobar la tesis de su difunto padre (representado en una suerte de conservadora en una esquina de la sala), elaborada dentro del proyecto Ciencia Casera Latinoamericana, para lo cual experimentará con su hermano Lucio (Ezequiel Gelbaum), a quien su padre habría hecho eunuco, y con Ivana (Clarisa Hernández), a quien cree su prima. El personaje que lleva a cargo el análisis político es, precisamente, Marcos, y a través de él nos situamos en un mundo temporalmente posterior al nuestro, pero no demasiado distante, en el que los grandes potentados han perdido su capacidad de olvidarse de las preocupaciones consumiendo millonadas de productos, y han tomado a su cargo, como relax, el pico y la pala. Marcos deja entrever que si su tesis -ligada al control de las mentes a nivel social- llega a ser comprobada, él logrará convertirse en un hombre rico, evidenciando la voluntad de disfrutar de aquello que a los pobres y la clase media les es vedado: el disfrute de la orgía capitalista. Sin embargo, aún faltaba un eslabón, el otro hermano, Alejo (Claudio Mattos), quien es atraido mediante ardides publicitarios a la casa de Banfield. Su vida "formal y cortés" contrasta, en principio, con la patología de Marcos, Lucio e Ivana, pero con Alejo arribará Erica (Silvina Ganger), que se comportará como una disrupción en el seno del enfermizo círculo familiar.
En efecto, uno puede detectar muchas temáticas interesantes en Papá cometió hybris, y fue la voluntad del autor que el argumento no siguiera un desarrollo demasiado lineal, o mejor dicho, demasiado claro, con el fin de permitir al espectador privilegiar un tópico por sobre otros. Sin embargo, esto hacer correr grandes riesgos a la obra. Uno es la confusión excesiva del espectador, que recibe una obra cuyo inicio parece muy desligado de la propuesta inicial. Otro, el más grave, es que, precisamente, los temas tratados permanecen en un alto nivel de superficialidad; son, sencillamente, tópicos. Esto implica que la toma de postura del escritor sea casi nula y sumado a la mixtura de géneros y los anacronismos empleados, su visión aparentemente política se desdibuja en aras de la estética de su obra.
Cabe destacar, no obstante, el trabajo, en cuanto tal, de los jóvenes actores que participan (y hacen la obra). Probablemente dependa de esta juventud la existencia de obras de teatro con formato y financiación independiente. Hubiera sido mi deseo, que Mattos desarrollara más el género de la ciencia ficción y brindara alguna reflexión más profunda... del helenismo o del marxismo.
Para quien le interese continuar discutiendo esta obra (¡por este medio también!), pueden asistir a las funciones en:
ESPACIO POLONIA
Fitz Roy 1477 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Reservas por mail: poloniateatro@yahoo.com
Tel: 3965-9549
Entradas: $20 (descuento estudiantes y jubilados, $15)
Hernán A. Manzi Leites
miércoles, 9 de septiembre de 2009
TIERRA SUBLEVADA: ORO IMPURO
(Puntaje: 7)
Vuelve (de unas jugosas elecciones) Fernando Ezequiel "Pino" Solanas, esta vez con el filme que continúa su saga de documentales sobre la Argentina. Se lanza ahora contra la minería a cielo abierto y se planta en una actitud más de "denuncia" a secas, en contraposición a la más compleja La próxima estación, en la cual el tren logra tener un simbolismo mucho más extenso, y la reconstrucción histórica y sociológica, aún con limitaciones, hace de su pasada película una experiencia algo más rica que la que se estrena en este 2009.
Antes de proseguir, conviene aclarar que Tierra Sublevada: Oro Impuro constituye la primera parte de Tierra Sublevada, cuya segunda entrega se denominará Oro Negro. Como el nombre insinúa, el filme de Solanas versa sobre la explotación abusiva de los recursos mineros y de los corruptos negociados que conlleva, aún cuando la devastación ecológica y social que produce es llanamente terrible. Los créditos iniciales pretenden mostrar cómo esta situación se continúa desde la llegada de los españoles a América, en una versión contemporánea de la intervención extranjera para extraer nuestras riquezas del suelo.
La corrupción, los sobornos a políticos y universidades (algunos millones que pagan el visto bueno de la Universidad de Tucumán y todas las universidades nacionales... que acaban de aceptar ese dinero sucio), las traiciones y la pobreza son el escenario de esta vieja historia. La primera mina visitada es "La Alumbrera", enorme complejo minero a cielo abierto que destruye cerros y contamina aguas que el pueblo bebe (por ejemplo, afecta al pueblo de Villa Vil, hermoso pueblo termal que pude visitar hace poco), a la vez que utiliza millones de litros que no paga, situada en las cercanías de la ciudad catamarqueña de Andalgalá. También visitará minas en San Juan y, por último, se dedicará a tratar el caso de la montaña minera más famosa de la Argentina: el Famatina.
Lo interesante de estas experiencias no son sólo los escraches a funcionarios y las entrevistas, sino la posibilidad que otorga Pino a otros cineastas al utilizar su material en un filme de mayor "escala" (y lamentablemente, la escala del documental no es mucha). Así, no sólo tenemos que taparnos de la vergüenza respecto de los negociados de los Kirchner (Cristina Fernández veta la ley de los glaciares para permitirle a la Barrick utilizar los recursos mineros de los cerros con glaciares), sino también de funcionarios locales, que nosotros no conocemos tanto, ¡pero sepan que su pueblo sí los conoce!
A pesar de todo esto, el documental tiene una deficiencia muy notoria en gráficas de postproducción, con presentaciones que parecen hechas en Word o Power Point, y... errores de ortografía. Un detalle que empaña el contenido, porque al fin y al cabo estamos haciendo cine.
Cabe también reflexionar sobre el impacto político de esta obra. Sin duda, el prestigio de Pino aumentará, particularmente en sus electores que lo votaron convencido e incluso en los que no tanto. La indignación que produce ver TS: OI es mucho mayor a cualquier investigación de Telenoche Investiga o algún otro canal amarillista. El poder del cine político (que no podemos decir con certeza que esta vez sea oportunista) lo tiene Solanas en sus manos, luego de cuarenta años desde el estreno de La hora de los hornos. Sin embargo, está presente, como siempre, el problema de la distribución. Si es para el Gaumont y otras pocas salas porteñas y de las ciudades, entonces es un voto o una clarificación para una conciencia burguesa. Tenemos que lograr, por eso, que estos filmes se exhiban multitudinariamente. Esperemos que entre subsidios prometidos por el INCAA y lo poco de dinero que queda de las entradas, los documentales argentinos se hagan del único espacio que pueden tener: la realidad. Por una vez, los críticos tienen que saber dejar de lado, la "magia del cine", por la eficacia de lo concreto. Más aún, quizá ésto sea el cine.
Hernán A. Manzi Leites
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