(Puntaje: 8)
Casi todos los documentales se lanzan con intención de introducirse en discusiones actuales. Sin embargo, pocos alcanzan una repercusión considerable, debido principalmente a su escasa difusión en salas y a los mitos que los rodean y provocan el desinterés en los mismos -aclaro de antemano que esta obra de Solanas no aburre en absoluto-. No es sin razón que insisto en que el cine de ficción es un arma que puede ser bien utilizada con fines "activistas", pues suele atraer al público que no asiste a las salas que proyectan documentales. Y muchas veces los que menos necesitan despertarse sobre las cuestiones que estos últimos plantean son los espectadores que finalmente los reciben: los que van a las salas de cine arte. Esto sin contar que, además, el público más interesante podría ser aquel que ni siquiera puede pagar la entrada.
Los documentalistas en general son conscientes de todo esto y Pino Solanas es uno de ellos. Por eso nos encomendó a los "críticos" la difusión de su más reciente filme, La próxima estación. De todos modos, creo que los documentales de Pino Solanas corren con una ventaja respecto al resto de los documentales debido a la presencia mediática del director (también en listas electorales, con gran apoyo de los jóvenes) y al diálogo con temas netamente polémicos y accesibles al sentido común de un cualquier lector de diario, televidente o radioescucha. O mejor, de cualquier argentino. Por otra parte, los tres documentales que anteceden esta cuarta entrega (Memoria del saqueo, La dignidad de los nadies y Argentina latente), que culminará en pentalogía con una película que versará sobre la propiedad de la tierra, fueron exhibidos en televisión por Encuentro y en el canal 7.
Específicamente, La próxima estación cuenta la historia en clave crítica de los trenes en la Argentina. En este sentido, cabe desglosar teleológicamente la película en dos partes al que el tagline alude, "historia y recontrucción de los ferrocarriles". La propuesta ya está dicha: reconstruir el tren, aquello que fue destruido, según la historia, que Pino propone, nos relata. A su vez, podemos decir que la problemática es vista desde el punto de vista de la "estafa" y desde aquel tema sarmientino de la relación entre identidad/unidad nacional y comunicación. Al respecto, la dinámica entre lo público y lo privado guiará el planteo todo; tenemos que recuperar lo que es nuestro y se nos ha quitado.
Donde lo público y lo privado se unen o donde, mejor dicho, lo privado es disfrazado de lo público, es en el Estado y los gobiernos que sustentan negociados para favorecer intereses particulares en detrimento del pueblo. "Pueblo" es un concepto que tampoco debe ser tomado inocentemente en el cine de Solanas. Su estrategia es sin duda eliminar las facciones y unificar al pueblo como entidad que ha de ser agente del cambio. Esta posición es sin duda criticable en cuanto elimina las diferencias existentes entre diversos grupos que no toman la misma postura frente a un hecho (no se habla de partidos políticos, sólo del peronismo, que es un movimiento y no estrictamente un partido, en la época de Perón), aunque se comprende que esto sea así en vistas al proyecto, la reconstrucción del ferrocarril, en la que todos debemos participar. Tampoco debemos ser ingenuos y creer que los objetivos electorales de Pino aquí no aparecen, ni creer que los grupos no existen. Los ferroviarios se presentan como un grupo sólidamente unido y hasta casi "neutral", cuando definitivamente no es así. Pero todo sea por la claridad y por la unión del pueblo (¿en las urnas?).
Por otra parte, el hecho de presentar al "pueblo" como entidad total es metáfora de lo que el tren significa, no tanto como metáfora sino fácticamente, es decir, la unión de la Argentina. La desaparición del ferrocarril produjo no sólo la incomunicación de los pueblos del interior sino el obligado exilio de sus pobladores a los grandes centros urbanos, provocando el clásico "efecto embudo", reforzado por la política macrocefálica de la nación exportadora con epicentro en el puerto de Buenos Aires, y el colapso del transporte público en general, al cual Pino en su planteo pretende extenderse.
En tanto su perspectiva histórica, desde su mirada positiva al gobierno de Perón, la drestrucción de su proyecto por la Revolución Libertadora y luego la "traición" de Frondizi, Solanas saltea rápidamente los sucesivos gobiernos militares, continuadores del proyecto destructivo extranjerizante, al gobierno de Menem. La etapa neoliberal resulta de lo más nociva para los ferrocarriles nacionales y el director sostiene que esta política continúa con la era de los Kirchner, siendo el tren bala un ejemplo de ello.
En suma, el proyecto político de Pino está claro, pero no por ello el documental deja de ser un arduo trabajo de investigación (incluye entrevistas, documentos, cifras, etc.) que resulta útil para la toma de conciencia de nuestra situación actual como argentinos. Sin embargo, es difícil afirmar que no se trata de una obra de "denuncia", ya que la respuesta a "qué hacer" no está explicitada (¿votamos a Pino?), aunque una propuesta efectivamente exista (reconstruir el ferrocarril para todos). Empero, creo que "tomar conciencia" es ya una actitud tendiente a la acción, aunque algunos dudarían que la perspectiva no clasista tomada por la película pueda derivar en una praxis real. Quizá esto tenga que ver con las intenciones eleccionarias del director Fernando Solanas de acaparar más votos -de un grupo no autoconsciente de su clase-, lo cual resta cierto interés en términos de movilización popular, pero sin duda no en términos tendientes a la divlugación del filme. Y por ahora, creo que los documentales deben apuntar, en primera instancia, a captar más público. Y, por cierto, que los trenes han de ser recuperados, a nadie que vea esta obra o que utilice el transporte público puede caberle duda alguna. Y esto implica mucho más que mejorar el transporte público.
Hernán A. Manzi Leites
1 comentario:
muy interesante crìtica, hernan!
ahora tengo q ver la peli
(Memorias del saqueo es muy buena)
te mando un saludo
Tomás.
Publicar un comentario